Nicodemo, que era uno de ellos y que antes había ido a ver a Jesús, les interpeló:
También Nicodemo, el que antes había visitado a Jesús de noche, llegó con unos treinta y cuatro kilos de una mezcla de mirra y áloe.
¡No! Pero esta gente, que no sabe nada de la ley, está bajo maldición.
¿Quién se levantó a defenderme de los impíos? ¿Quién se puso de mi parte contra los malhechores?