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Referencias Cruzadas

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Juan 6:63

Biblia Nueva Versión Internacional 2017

El Espíritu da vida; la carne no vale para nada. Las palabras que os he hablado son espíritu y son vida.

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31 Referencias Cruzadas  

Ciertamente, la palabra de Dios es viva y poderosa, y más cortante que cualquier espada de dos filos. Penetra hasta lo más profundo del alma y del espíritu, hasta la médula de los huesos, y juzga los pensamientos y las intenciones del corazón.

Si el Espíritu nos da vida, andemos guiados por el Espíritu.

Jamás me olvidaré de tus preceptos, pues con ellos me has dado vida.

―Señor —contestó Simón Pedro—, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.

Este es mi consuelo en medio del dolor: que tu promesa me da vida.

Pues habéis nacido de nuevo, no de simiente perecedera, sino de simiente imperecedera, mediante la palabra de Dios que vive y permanece.

La exposición de tus palabras nos da luz, y da entendimiento al sencillo.

Porque no son palabras vanas para vosotros, sino que de ellas depende vuestra vida; por ellas vivirán mucho tiempo en el territorio que vais a poseer al otro lado del Jordán».

Así está escrito: «El primer hombre, Adán, se convirtió en un ser viviente»; el último Adán, en el Espíritu que da vida.

Así que la fe viene como resultado de oír el mensaje, y el mensaje que se oye es la palabra de Cristo.

Porque Cristo murió por los pecados, una vez por todas, el justo por los injustos, a fin de llevaros a Dios. Él sufrió la muerte en su cuerpo, pero el Espíritu hizo que volviera a la vida.

Así que no dejamos de dar gracias a Dios, porque al oír vosotros la palabra de Dios que os predicamos, la aceptasteis no como palabra humana, sino como lo que realmente es, palabra de Dios, la cual actúa en vosotros los creyentes.

pues por medio de él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte.

Por su propia voluntad nos hizo nacer mediante la palabra de verdad, para que fuéramos como los primeros y mejores frutos de su creación.

Y Dios el Señor formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz hálito de vida, y el hombre se convirtió en un ser viviente.

la cual simboliza el bautismo que ahora os salva también a vosotros. El bautismo no consiste en la limpieza del cuerpo, sino en el compromiso de tener una buena conciencia delante de Dios. Esta salvación es posible por la resurrección de Jesucristo,

pues aunque el ejercicio físico trae algún provecho, la piedad es útil para todo, ya que incluye una promesa no solo para la vida presente, sino también para la venidera.

No os dejéis llevar por ninguna clase de enseñanzas extrañas. Conviene que el corazón sea fortalecido por la gracia, y no por alimentos rituales que de nada aprovechan a quienes los comen.

Para nada cuenta estar o no estar circuncidados; lo que importa es ser parte de una nueva creación.

La circuncisión tiene valor si observas la ley; pero, si la quebrantas, vienes a ser como un incircunciso.

En Cristo Jesús de nada vale estar o no estar circuncidados; lo que vale es la fe que actúa mediante el amor.

Aférrate a la instrucción, no la dejes escapar; cuídala bien, porque ella es tu vida.

Porque así como el Padre resucita a los muertos y les da vida, así también el Hijo da vida a quienes le place.

«Id —les dijo—, presentaos en el templo y comunicad al pueblo todo este mensaje de vida».




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