Por causa del fuerte viento que soplaba, el lago estaba picado.
Levanta las nubes desde los confines de la tierra; envía relámpagos con la lluvia y saca de sus depósitos a los vientos.
Habló Dios, y se desató un fuerte viento que tanto encrespó las olas
y la barca ya estaba bastante lejos de la tierra, zarandeada por las olas, porque el viento le era contrario.
y subieron a una barca, y comenzaron a cruzar el lago en dirección a Capernaún. Para entonces ya había oscurecido, y Jesús todavía no se había unido a ellos.
Habrían remado unos cinco o seis kilómetros cuando vieron que Jesús se acercaba a la barca, caminando sobre el agua, y se asustaron.