Cuando Jesús les dijo: «Yo soy», dieron un paso atrás y se desplomaron.
Cuando los malvados avanzan contra mí para devorar mis carnes, cuando mis enemigos y adversarios me atacan, son ellos los que tropiezan y caen.
Que retrocedan avergonzados todos los que odian a Sión.
Sean confundidos y avergonzados todos los que tratan de matarme; huyan derrotados todos los que procuran mi mal;
―A Jesús de Nazaret —contestaron. ―Yo soy. Judas, el traidor, estaba con ellos.
―¿A quién buscáis? —volvió a preguntarles Jesús. ―A Jesús de Nazaret —repitieron.