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Referencias Cruzadas

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Josué 3:16

Biblia Nueva Versión Internacional 2017

estas dejaron de fluir y formaron un muro que se veía a gran distancia, más o menos a la altura del pueblo de Adán, junto a la fortaleza de Saretán. A la vez, dejaron de correr las aguas que fluían en el mar del Arabá, es decir, el Mar Muerto, y así el pueblo pudo cruzar hasta quedar frente a Jericó.

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31 Referencias Cruzadas  

Tan pronto como los sacerdotes que llevan el arca del Señor, Soberano de toda la tierra, pongan pie en el Jordán, las aguas dejarán de correr y se detendrán formando un muro».

El rey los hizo fundir en moldes de arcilla en la llanura del Jordán, entre Sucot y Saretán.

Baná hijo de Ajilud, en Tanac y Meguido, y en todo Betseán (junto a Saretán, más abajo de Jezrel, desde Betseán hasta Abel Mejolá, y todavía más allá de Jocmeán);

Estos cinco últimos aunaron fuerzas en el valle de Sidín, conocido como el Mar Muerto.

Al ver esto, el mar huyó; el Jordán se volvió atrás.

Estas son las palabras que Moisés dirigió a todo Israel en el desierto al este del Jordán, es decir, en el Arabá, frente a Suf, entre la ciudad de Parán y las ciudades de Tofel, Labán, Jazerot y Dizahab.

»La frontera sur empezará en el desierto de Zin, en los límites con Edom. Por el este, la frontera sur estará donde termina el Mar Muerto.

Te abriste camino en el mar; te hiciste paso entre las muchas aguas, y no se hallaron tus huellas.

Tú hiciste que brotaran fuentes y arroyos; secaste ríos de inagotables corrientes.

Convirtió el mar en tierra seca, y el pueblo cruzó el río a pie. ¡Regocijémonos en él!

El Señor tiene su trono sobre las lluvias; el Señor reina por siempre.

La frontera sur, que partía de la bahía ubicada al extremo sur del Mar Muerto,

Su frontera occidental era el Jordán en el Arabá, desde el lago Quinéret hasta el mar del Arabá, que es el Mar Muerto, en las laderas del monte Pisgá.

Moisés extendió su brazo sobre el mar, y toda la noche el Señor envió sobre el mar un recio viento del este que lo hizo retroceder, convirtiéndolo en tierra seca. Las aguas del mar se dividieron,

Él recoge en un cántaro el agua de los mares, y junta en vasijas los océanos.

¿Qué te pasó, mar, que huiste, y a ti, Jordán, que te volviste atrás?

¿Por qué no había nadie cuando vine? ¿Por qué nadie respondió cuando llamé? ¿Tan corta es mi mano que no puede rescatar? ¿Me falta acaso fuerza para liberarlos? Yo seco el mar con una simple reprensión, y convierto los ríos en desierto; por falta de agua, sus peces se pudren y se mueren de sed.

Allí me dijo: «Estas aguas fluyen hacia la región oriental, descienden hasta el Arabá, y van a dar al Mar Muerto. Cuando desembocan en ese mar, las aguas son saneadas.

Increpa al mar y lo seca; hace que todos los ríos se evaporen. Los montes Basán y Carmelo pierden su lozanía; el verdor del Líbano se marchita.

¿Te enojaste, oh Señor, con los ríos? ¿Estuviste airado contra las corrientes? ¿Tan enfurecido estabas contra el mar que cabalgaste en tus caballos y montaste en tus carros victoriosos?

y los israelitas lo cruzaron sobre tierra seca. El mar era para ellos una muralla de agua a la derecha y otra a la izquierda.

Los israelitas, sin embargo, cruzaron el mar sobre tierra seca, pues para ellos el mar formó una muralla de agua a la derecha y otra a la izquierda.

Bastó un soplo de tu nariz para que se amontonaran las aguas. Las olas se irguieron como murallas; ¡se inmovilizaron las aguas en el fondo del mar!

vosotros les responderéis: “Porque el pueblo de Israel cruzó el río Jordán en seco”.

En efecto, un gran pánico invadió a todos los reyes amorreos que estaban al oeste del Jordán y a los reyes cananeos de la costa del Mediterráneo cuando se enteraron de que el Señor había secado el Jordán para que los israelitas lo cruzaran. ¡No se atrevían a hacerles frente!

Abarcaba también la parte oriental del Arabá hasta el lago Quinéret, y de allí al mar del sur, que es el Mar Muerto, por la vía de Bet Yesimot y, más al sur, hasta las laderas del monte Pisgá.

Descendían de Janoa hacia Atarot y Nará, pasando por Jericó hasta llegar al río Jordán.

Al sonar las trescientas trompetas, el Señor hizo que los hombres de todo el campamento se atacaran entre sí con sus espadas. El ejército huyó hasta Bet Sitá, en dirección a Zererá, hasta la frontera de Abel Mejolá, cerca de Tabat.

Partió el mar en dos para que ellos lo cruzaran, mientras mantenía las aguas firmes como un muro.




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