el cual tenía el altar de oro para el incienso y el arca del pacto, toda recubierta de oro. Dentro del arca había una urna de oro que contenía el maná, la vara de Aarón que había retoñado y las tablas del pacto.
»En aquellos días, cuando os hayáis multiplicado y seáis numerosos en el país, ya no se dirá más: “Arca del pacto del Señor”. Nadie pensará más en ella ni la recordará; nadie la echará de menos ni volverá a fabricarla —afirma el Señor—.
Josué hijo de Nun llamó a los sacerdotes y les ordenó: «Cargad el arca del pacto del Señor, y que siete de vosotros lleven trompetas y marchen frente a ella».
con la siguiente orden: «Cuando veáis el arca del pacto del Señor vuestro Dios, y a los sacerdotes levitas que la llevan, abandonad vuestros puestos y poneos en marcha detrás de ella.
Finalmente, cruzasteis el río Jordán y llegasteis a Jericó, cuyos habitantes pelearon contra vosotros. Lo mismo hicieron los amorreos, ferezeos, cananeos, hititas, gergeseos, heveos y jebuseos. Pero yo los entregué en vuestras manos.