Además, Josué colocó doce piedras en el cauce del río donde se detuvieron los sacerdotes que llevaban el arca del pacto. Esas piedras siguen allí hasta el día de hoy.
Tan pronto como los sacerdotes que llevan el arca del Señor, Soberano de toda la tierra, pongan pie en el Jordán, las aguas dejarán de correr y se detendrán formando un muro».
«Quiero que envíes a algunos de tus hombres a explorar la tierra que voy a entregar a los israelitas. De cada tribu enviarás un líder que la represente».