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Referencias Cruzadas

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Josué 2:9

Biblia Nueva Versión Internacional 2017

y les dijo: ―Yo sé que el Señor os ha dado esta tierra, y por eso estamos aterrorizados; todos los habitantes del país están muertos de miedo ante vosotros.

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39 Referencias Cruzadas  

»En toda nación donde pongas el pie haré que tus enemigos te tengan miedo, se turben y huyan de ti.

Hoy mismo comenzaré a infundir entre todas las naciones que hay debajo del cielo terror y espanto hacia vosotros. Cuando ellas escuchen hablar de vosotros, temblarán y se llenarán de pánico”.

Yo, con mi gran poder y mi brazo poderoso, hice la tierra, y los hombres y los animales que están sobre ella, y puedo dárselos a quien me plazca.

El pecador puede hacer lo malo cien veces, y vivir muchos años; pero sé también que le irá mejor a quien teme a Dios y le guarda reverencia.

Los cielos pertenecen al Señor, pero a la humanidad le ha dado la tierra.

El malvado verá esto, y se irritará; rechinando los dientes se irá desvaneciendo. ¡La ambición de los impíos será destruida!

Yo sé que mi redentor vive, y que al final triunfará sobre la muerte.

Por eso estamos todos tan amedrentados y descorazonados frente a vosotros. Yo sé que el Señor y Dios es Dios de dioses tanto en el cielo como en la tierra.

Cuando partieron, nadie persiguió a la familia de Jacob, porque un terror divino se apoderó de las ciudades vecinas.

¿Es que no tengo derecho a hacer lo que quiera con mi dinero? ¿O te da envidia de que yo sea generoso?”

¡Destrucción, desolación, devastación! Desfallecen los corazones, tiemblan las rodillas, se estremecen los cuerpos, palidecen los rostros.

Profecía contra Egipto: ¡Mirad al Señor! Llega a Egipto montado sobre una nube ligera. Los ídolos de Egipto tiemblan en su presencia; el corazón de los egipcios desfallece en su interior.

Y era que el Señor había confundido a los sirios haciéndoles oír el ruido de carros de combate y de caballería, como si fuera un gran ejército. Entonces se dijeron unos a otros: «¡Seguro que el rey de Israel ha contratado a los reyes hititas y egipcios para atacarnos!»

Luego Naamán volvió con todos sus acompañantes y, presentándose ante el hombre de Dios, le dijo: ―Ahora reconozco que no hay Dios en todo el mundo, sino solo en Israel. Te ruego que aceptes un regalo de tu siervo.

Entonces aun los soldados más valientes, que son tan bravos como un león, se van a acobardar, pues todos los israelitas saben que David, tu padre, es un gran soldado y cuenta con hombres muy valientes.

Su amigo le respondió: ―Esto no significa otra cosa que la espada del israelita Gedeón hijo de Joás. ¡Dios ha entregado en sus manos a los madianitas y a todo el campamento!

Cuando el Altísimo dio su herencia a las naciones, cuando dividió a toda la humanidad, les puso límites a los pueblos según el número de los hijos de Israel.

Todas las naciones de la tierra te respetarán al reconocerte como el pueblo del Señor.

Nadie podrá haceros frente. Por donde quiera que vayáis, el Señor vuestro Dios hará que todo el mundo sienta miedo y terror ante vosotros, como os ha prometido.

Ahora sé que el Señor es más grande que todos los dioses, por lo que hizo a quienes trataron a Israel con arrogancia».

Por la fe la prostituta Rajab no murió junto con los desobedientes, pues había recibido en paz a los espías.

Desde Cades, Moisés envió emisarios al rey de Edom, con este mensaje: «Así dice tu hermano Israel: “Tú conoces bien todos los sufrimientos que hemos padecido.

«Pronto Aarón partirá de este mundo, de modo que no entrará en la tierra que les he dado a los israelitas porque vosotros dos no obedecisteis la orden que os di en la fuente de Meribá.

Antes de que los espías se acostaran, Rajab subió al techo

«El Señor ha entregado todo el país en nuestras manos. ¡Todos sus habitantes tiemblan de miedo ante nosotros!»

Ellos respondieron: ―Nosotros somos tus siervos, y hemos venido de un país muy distante, hasta donde ha llegado la fama del Señor tu Dios. Nos hemos enterado de todo lo que él hizo en Egipto

y de lo que les hizo a los dos reyes amorreos al este del Jordán: Sijón, rey de Hesbón, y Og, rey de Basán, el que residía en Astarot.

Los gabaonitas contestaron: ―Nosotros, tus siervos, fuimos bien informados de que el Señor tu Dios ordenó a su siervo Moisés que os diera toda esta tierra y que destruyera a todos sus habitantes. Temimos tanto por nuestra vida que decidimos hacer lo que ya sabéis.

Cuando la noticia llegue a Egipto, lo que se diga de Tiro los angustiará.

En efecto, un gran pánico invadió a todos los reyes amorreos que estaban al oeste del Jordán y a los reyes cananeos de la costa del Mediterráneo cuando se enteraron de que el Señor había secado el Jordán para que los israelitas lo cruzaran. ¡No se atrevían a hacerles frente!

Pero el Señor le dijo a Josué: «¡He entregado en tus manos a Jericó, y a su rey con sus guerreros!

Cuando todos nuestros enemigos se enteraron de esto, las naciones vecinas se sintieron humilladas, pues reconocieron que ese trabajo se había hecho con la ayuda de nuestro Dios.

En cada provincia y ciudad adonde llegaban el edicto y la orden del rey había alegría y regocijo entre los judíos, con banquetes y festejos. Y muchas personas de otros pueblos se hicieron judíos por miedo a ellos.




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