Josué 1:8

Biblia Nueva Versión Internacional 2017

Recita siempre el libro de la ley y medita en él de día y de noche; cumple con cuidado todo lo que en él está escrito. Así prosperarás y tendrás éxito.

Referencias Cruzadas

Salmos 119:15

En tus preceptos medito, y pongo mis ojos en tus sendas.

Salmos 19:14

Sean, pues, aceptables ante ti mis palabras y mis pensamientos, oh Señor, roca mía y redentor mío.

Colosenses 3:16

Que habite en vosotros la palabra de Cristo con toda su riqueza: instruíos y aconsejaos unos a otros con toda sabiduría; cantad salmos, himnos y canciones espirituales a Dios, con gratitud de corazón.

Proverbios 3:1

Hijo mío, no te olvides de mis enseñanzas; más bien, guarda en tu corazón mis mandamientos.

Deuteronomio 29:9

»Ahora, cumplid con cuidado las condiciones de este pacto para que prosperéis en todo lo que hagáis.

Juan 14:21

¿Quién es el que me ama? El que hace suyos mis mandamientos y los obedece. Y al que me ama, mi Padre lo amará, y yo también lo amaré y me manifestaré a él».

Lucas 11:28

―Dichosos más bien —contestó Jesús— los que oyen la palabra de Dios y la obedecen.

Mateo 7:24

»Por tanto, todo el que me oye estas palabras y las pone en práctica es como un hombre prudente que construyó su casa sobre la roca.

Salmos 119:11

En mi corazón atesoro tus dichos para no pecar contra ti.

Salmos 119:97

¡Cuánto amo yo tu ley! Todo el día medito en ella.

Mateo 7:21

»No todo el que me dice: “Señor, Señor”, entrará en el reino de los cielos, sino solo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo.

Juan 13:17

¿Entendéis esto? Dichosos seréis si lo ponéis en práctica.

Josué 1:7

Solo te pido que tengas mucho valor y firmeza para obedecer toda la ley que mi siervo Moisés te ordenó. No te apartes de ella para nada; solo así tendrás éxito dondequiera que vayas.

Deuteronomio 30:14

¡No! La palabra está muy cerca de ti; la tienes en la boca y en el corazón, para que la obedezcas.

Deuteronomio 5:29

¡Ojalá su corazón esté siempre dispuesto a temerme y a cumplir todos mis mandamientos, para que a ellos y a sus hijos siempre les vaya bien!

Salmos 119:99

Tengo más discernimiento que todos mis maestros porque medito en tus estatutos.

Isaías 59:21

»En cuanto a mí —dice el Señor—, este es mi pacto con ellos: Mi Espíritu que está sobre ti, y mis palabras que he puesto en tus labios, no se apartarán más de ti, ni de tus hijos ni de sus descendientes, desde ahora y para siempre —dice el Señor—.

Deuteronomio 5:32

»Tened, pues, cuidado de hacer lo que el Señor vuestro Dios os ha mandado; no os desviéis ni a la derecha ni a la izquierda.

Deuteronomio 31:11

cuando tú, Israel, te presentes ante el Señor tu Dios en el lugar que él habrá de elegir, leerás en voz alta esta ley en presencia de todo Israel.

Efesios 4:29

Evitad toda conversación obscena. Por el contrario, que vuestras palabras contribuyan a la necesaria edificación y sean de bendición para quienes las escuchan.

Mateo 12:35

El que es bueno, de la bondad que atesora en el corazón saca el bien, pero el que es malo, de su maldad saca el mal.

Salmos 40:10

No escondo tu justicia en mi corazón, sino que proclamo tu fidelidad y tu salvación. No oculto en la gran asamblea tu gran amor y tu verdad.

Mateo 28:20

enseñándoles a obedecer todo lo que os he mandado. Y os aseguro que estaré con vosotros siempre, hasta el fin del mundo.

Apocalipsis 22:14

»Dichosos los que lavan sus ropas para tener derecho al árbol de la vida y para poder entrar por las puertas de la ciudad.

Génesis 24:63

Una tarde, salió a dar un paseo por el campo. De pronto, al levantar la vista, vio que se acercaban unos camellos.

Deuteronomio 31:24

Moisés terminó de escribir en un libro todas las palabras de esta ley.

Josué 8:34

Luego Josué leyó todas las palabras de la ley, tanto las bendiciones como las maldiciones, según lo que estaba escrito en el libro de la ley.

Deuteronomio 5:1

Moisés convocó a todo Israel y dijo: «Escuchad, israelitas, los preceptos y las normas que yo os comunico hoy. Aprendéoslos y procurad ponerlos en práctica.

Deuteronomio 29:8

Tomamos su territorio y se lo dimos como herencia a los rubenitas, a los gaditas y a la media tribu de Manasés.

2 Crónicas 26:5

y, mientras vivió Zacarías, quien lo instruyó en el temor de Dios, se empeñó en buscar al Señor. Mientras Uzías buscó a Dios, Dios le dio prosperidad.