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Referencias Cruzadas

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Jonás 4:2

Biblia Nueva Versión Internacional 2017

Así que oró al Señor de esta manera: ―¡Oh Señor! ¿No era esto lo que yo decía cuando todavía estaba en mi tierra? Por eso me anticipé a huir a Tarsis, pues bien sabía que tú eres un Dios bondadoso y compasivo, lento para la ira y lleno de amor, que cambias de parecer y no destruyes.

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24 Referencias Cruzadas  

Pero tú, Señor, eres Dios clemente y compasivo, lento para la ira, y grande en amor y verdad.

El Señor es clemente y compasivo, lento para la ira y grande en amor.

Tú, Señor, eres bueno y perdonador; grande es tu amor por todos los que te invocan.

¿Qué Dios hay como tú, que perdone la maldad y pase por alto el delito del remanente de su pueblo? No siempre estarás airado, porque tu mayor placer es amar.

pero, si la nación de la cual hablé se arrepiente de su maldad, también yo me arrepentiré del castigo que había pensado infligirles.

Entonces el Señor se calmó y desistió de hacerle a su pueblo el daño que le había sentenciado.

Sin embargo, él tuvo compasión de ellos; les perdonó su maldad y no los destruyó. Una y otra vez contuvo su enojo, y no se dejó llevar del todo por la ira.

Entonces el Señor se compadeció y dijo: ―Esto no va a suceder.

Al ver Dios lo que hicieron, es decir, que se habían convertido de su mal camino, cambió de parecer y no llevó a cabo la destrucción que les había anunciado.

Jonás se fue, pero en dirección a Tarsis, para huir del Señor. Bajó a Jope, donde encontró un barco que zarpaba rumbo a Tarsis. Pagó su pasaje y se embarcó con los que iban a esa ciudad, huyendo así del Señor.

y caminó todo un día por el desierto. Llegó adonde había un arbusto, y se sentó a su sombra con ganas de morirse. «¡Estoy harto, Señor! —protestó—. Quítame la vida, pues no soy mejor que mis antepasados».

Entonces el Señor se compadeció y dijo: ―Esto tampoco va a suceder.

¿Cuándo, Señor, te volverás hacia nosotros? ¡Compadécete ya de tus siervos!

Pero él quería justificarse, así que preguntó a Jesús: ―¿Y quién es mi prójimo?

¡Me sedujiste, Señor, y yo me dejé seducir! Fuiste más fuerte que yo, y me venciste. Todo el mundo se burla de mí; se ríen de mí todo el tiempo.

Porque el Señor tu Dios es un Dios compasivo, que no te abandonará ni te destruirá, ni se olvidará del pacto que mediante juramento hizo con tus antepasados.

El Señor es clemente y compasivo, lento para la ira y grande en amor.

Así que enmendad ya vuestra conducta y vuestras acciones, y obedeced al Señor vuestro Dios, y el Señor se arrepentirá del mal que os ha anunciado.

“Si os quedáis en este país, yo os edificaré y no os derribaré, os plantaré y no os arrancaré, porque me duele haberos causado esa calamidad.

¡Quién sabe! Tal vez Dios cambie de parecer, y aplaque el ardor de su ira, y no perezcamos».




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