Entonces le preguntaron: ―Dinos ahora, ¿quién tiene la culpa de que nos haya venido este desastre? ¿A qué te dedicas? ¿De dónde vienes? ¿Cuál es tu país? ¿A qué pueblo perteneces?
―¿A quién perteneces? —le preguntó David—. ¿De dónde vienes? ―Soy egipcio —le respondió—, esclavo de un amalecita. Hace tres días caí enfermo, y mi amo me abandonó.
así que Saúl le dijo: ―Cuéntame lo que has hecho. ―Es verdad que probé un poco de miel con la punta de mi vara —respondió Jonatán—. ¿Y por eso tengo que morir?