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Referencias Cruzadas

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Jonás 1:5

Biblia Nueva Versión Internacional 2017

Los marineros, aterrados y a fin de aliviar la situación, comenzaron a clamar cada uno a su dios y a lanzar al mar lo que había en el barco. Jonás, en cambio, había bajado al fondo de la nave para acostarse y dormía profundamente.

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22 Referencias Cruzadas  

Los profetas de Baal tomaron el buey que les dieron y lo prepararon, e invocaron el nombre de su dios desde la mañana hasta el mediodía. ―¡Baal, respóndenos! —gritaban, mientras daban brincos alrededor del altar que habían hecho. Pero no se escuchó nada, pues nadie respondió.

¿Dónde están, Judá, los dioses que te fabricaste? ¡Tienes tantos dioses como ciudades! ¡Diles que se levanten! ¡A ver si te salvan cuando caigas en desgracia!

»Reuníos, fugitivos de las naciones; congregaos y venid. Ignorantes son los que cargan ídolos de madera y oran a dioses que no pueden salvar.

Por el camino, llegó a un redil de ovejas; y, como había una cueva en el lugar, entró allí para hacer sus necesidades. David estaba escondido en el fondo de la cueva, con sus hombres,

Después de hacerlo dormir sobre sus rodillas, ella llamó a un hombre para que le cortara las siete trenzas de su cabello. Así comenzó a dominarlo. Y su fuerza lo abandonó.

Una vez satisfechos, aligeraron el barco echando el trigo al mar.

Volvió de nuevo a los discípulos y les dijo: «¿Seguís durmiendo y descansando? Mirad, se acerca la hora, y el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de pecadores.

Cuando volvió, otra vez los encontró dormidos, porque se les cerraban los ojos de sueño.

Y, como el novio tardaba en llegar, a todas les entró sueño y se durmieron.

Al ver esto, se apoderó de ellos un profundo temor al Señor, a quien le ofrecieron un sacrificio y le hicieron votos.

Entonces clamaron al Señor: «Oh Señor, tú haces lo que quieres. No nos hagas perecer por quitarle la vida a este hombre, ni nos hagas responsables de la muerte de un inocente».

El capitán del barco se le acercó y le dijo: ―¿Cómo puedes estar durmiendo? ¡Levántate! ¡Clama a tu dios! Quizá se fije en nosotros, y no perezcamos.

No me invocan de corazón, sino que se lamentan echados en sus camas. Para obtener grano y vino nuevo se laceran y se ponen en contra de mí.

―¡Una cosa por la otra! —replicó Satanás—. Con tal de salvar la vida, el hombre da todo lo que tiene.

Habló Dios, y se desató un fuerte viento que tanto encrespó las olas

el relámpago y el granizo, la nieve y la neblina, el viento tempestuoso que cumple su mandato,

un tiempo para intentar y un tiempo para desistir; un tiempo para guardar y un tiempo para desechar;




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