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Referencias Cruzadas

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Jonás 1:16

Biblia Nueva Versión Internacional 2017

Al ver esto, se apoderó de ellos un profundo temor al Señor, a quien le ofrecieron un sacrificio y le hicieron votos.

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19 Referencias Cruzadas  

¡Que ofrezcan sacrificios de gratitud, y, jubilosos, proclamen sus obras!

¡Ofrece a Dios tu gratitud, cumple tus promesas al Altísimo!

Luego Noé construyó un altar al Señor, y sobre ese altar ofreció como holocausto animales puros y aves puras.

Y un gran temor se apoderó de toda la iglesia y de todos los que se enteraron de estos sucesos.

Es como un grano de mostaza: cuando se siembra en la tierra, es la semilla más pequeña que hay,

Al oír esto, los marineros se aterraron aún más y, como sabían que Jonás huía del Señor, pues él mismo se lo había contado, le dijeron: ―¡Qué es lo que has hecho!

»He decretado que en todo lugar de mi reino la gente adore y honre al Dios de Daniel. »Porque él es el Dios vivo, y permanece para siempre. Su reino jamás será destruido, y su dominio jamás tendrá fin.

Todo mi ser te desea por las noches; por la mañana mi espíritu te busca. Pues, cuando tus juicios llegan a la tierra, los habitantes del mundo aprenden lo que es justicia.

Cuando hagas un voto a Dios, no tardes en cumplirlo, porque a Dios no le agradan los necios. Cumple tus votos:

¡Tan solo cumpliendo mis promesas al Señor en presencia de todo su pueblo!

―En ese caso —persistió Naamán—, permíteme llevarme dos cargas de esta tierra, ya que de aquí en adelante Tu siervo no va a ofrecer holocaustos ni sacrificios a ningún otro dios, sino solo al Señor.

Pero el ángel del Señor respondió: ―Aunque me detengas, no probaré nada de tu comida. Pero, si preparas un holocausto, ofréceselo al Señor. Manoa no se había dado cuenta de que aquel era el ángel del Señor.

Luego Jacob hizo esta promesa: «Si Dios me acompaña y me protege en este viaje que estoy haciendo, y si me da alimento y ropa para vestirme,

Entonces clamaron al Señor: «Oh Señor, tú haces lo que quieres. No nos hagas perecer por quitarle la vida a este hombre, ni nos hagas responsables de la muerte de un inocente».

Él no tiene en cuenta a los que se creen sabios; por eso le temen los mortales».

¿Acaso has dejado de temerme? —afirma el Señor—. ¿No debieras temblar ante mí? Yo puse la arena como límite del mar, como frontera perpetua e infranqueable. Aunque se agiten sus olas, no podrán prevalecer; aunque bramen, no franquearán esa frontera.




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