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Referencias Cruzadas

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Jeremías 9:8

Biblia Nueva Versión Internacional 2017

Su lengua es una flecha mortífera, su boca solo sabe engañar; hablan cordialmente con su amigo, mientras en su interior le tienden una trampa.

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21 Referencias Cruzadas  

No me arrastres con los malvados, con los que hacen iniquidad, con los que hablan de paz con su prójimo, pero en su corazón albergan maldad.

«Tensan su lengua como un arco; en el país prevalece la mentira, no la verdad, porque van de mal en peor, y a mí no me conocen —afirma el Señor—.

¡Ah, lengua embustera! ¿Qué se te habrá de dar? ¿Qué se te habrá de añadir?

Me encuentro en medio de leones, rodeado de gente rapaz. Sus dientes son lanzas y flechas; su lengua, una espada afilada.

Su boca es blanda como la manteca, pero sus pensamientos son belicosos. Sus palabras son más suaves que el aceite, pero no son sino espadas desenvainadas.

No hacen sino mentirse unos a otros; sus labios lisonjeros hablan con doblez.

Cuando Abner regresó a Hebrón, Joab lo llevó aparte a la entrada de la ciudad, como para hablar con él en privado. Allí lo apuñaló en el vientre, y Abner murió. Así Joab se vengó de la muerte de su hermano Asael.

Se engañan unos a otros; no se hablan con la verdad. Han enseñado a sus lenguas a mentir, y pecan hasta el cansancio.

Sin duda, en mi pueblo hay malvados, que están al acecho como cazadores de aves, que ponen trampas para atrapar a la gente.

Su propia lengua será su ruina, y quien los vea se burlará de ellos.

Porque no vienen en son de paz, sino que urden mentiras contra la gente apacible del país.

Un mazo, una espada, una aguda saeta, ¡eso es el falso testigo contra su amigo!

Cuídese cada uno de su amigo, no confíe ni siquiera en el hermano, porque todo hermano engaña, y todo amigo difama.

Los ricos de la ciudad son gente violenta; sus habitantes son gente mentirosa; ¡engañan con la boca y con la lengua!

El Señor cortará todo labio lisonjero y toda lengua jactanciosa

Solo en Dios halla descanso mi alma; de él viene mi esperanza.

¿Y no los he de castigar por esto? —afirma el Señor—. ¿Acaso no he de vengarme de semejante nación?




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