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Referencias Cruzadas

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Jeremías 9:22

Biblia Nueva Versión Internacional 2017

Yacen tendidos los cadáveres como estiércol sobre los campos, como gavillas que caen tras el segador, sin que nadie las recoja», afirma el Señor.

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17 Referencias Cruzadas  

Quedarán expuestos al sol y a la luna, y a todas las estrellas del cielo, cuerpos celestes a los que ellos amaron, sirvieron, consultaron y adoraron. No se les recogerá ni se les enterrará; ¡como estiércol quedarán sobre la faz de la tierra!

En aquel día, las víctimas del Señor quedarán tendidas de un extremo a otro de la tierra. Nadie las llorará ni las recogerá ni las enterrará; se quedarán sobre la faz de la tierra, como el estiércol.

De tal manera acosaré a los hombres que andarán como ciegos, porque pecaron contra el Señor. Su sangre será derramada como polvo y sus entrañas, como estiércol.

«Morirán de enfermedades horribles. Nadie llorará por ellos ni los sepultará; se quedarán sobre la faz de la tierra, como el estiércol. La espada y el hambre acabarán con ellos, y sus cadáveres servirán de alimento para las aves del cielo y para las bestias de la tierra».

Por eso se enciende la ira del Señor contra su pueblo, levanta la mano contra él y lo golpea; las montañas se estremecen, los cadáveres quedan como basura en medio de las calles. Con todo, no se aplacó su ira, y su brazo aún sigue extendido.

los cuales perecieron en Endor y quedaron en la tierra, como estiércol.

Los cadáveres de este pueblo servirán de comida a las aves del cielo y a los animales de la tierra, y no habrá quien los espante.

De hecho, el cadáver de Jezabel será como estiércol en el campo de Jezrel, y nadie podrá identificarla ni decir: “Esta era Jezabel”.

Por eso, así dice el Señor: «Voy a poner obstáculos a este pueblo. Padres e hijos tropezarán contra ellos, vecinos y amigos perecerán».

No se te ocurra pensar: “Esta riqueza es fruto de mi poder y de la fuerza de mis manos”.

Ezequías se alegró al recibir esto y les mostró a los mensajeros todos sus tesoros: la plata, el oro, las especias, el aceite fino, su arsenal y todo lo que había en ellos. No hubo nada en su palacio ni en todo su reino que Ezequías no les mostrara.

―¿Y qué vieron en tu palacio? —preguntó el profeta. ―Vieron todo lo que hay en él —contestó Ezequías—. No hay nada en mis tesoros que yo no les haya mostrado.

Él atrapa a los astutos en su astucia, y desbarata los planes de los malvados.

Nadie puede salvar a nadie, ni pagarle a Dios rescate por la vida.

Ciudad amurallada es la riqueza para el rico, y este cree que sus muros son inexpugnables.

No te afanes acumulando riquezas; no te obsesiones con ellas.

Son un viento que a su paso arrasa todo; su pecado es hacer de su fuerza un dios».




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