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Referencias Cruzadas

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Jeremías 9:10

Biblia Nueva Versión Internacional 2017

Lloraré y gemiré por las montañas, haré lamentos por las praderas del desierto, porque están desoladas: ya nadie las transita ni se escuchan los mugidos del ganado. Desde las aves del cielo hasta los animales del campo, todos han huido.

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30 Referencias Cruzadas  

¿Hasta cuándo estará seca la tierra, y marchita la hierba de todos los campos? Los animales y las aves se mueren por la maldad de los que habitan el país, quienes se atreven a decir: «Dios no verá nuestro fin».

Por tanto, se resecará la tierra, y desfallecerán todos sus habitantes. ¡Morirán las bestias del campo, las aves del cielo y los peces del mar!

Convertiré el país en un desierto desolado, y se acabará el orgullo de su poder. Los montes de Israel quedarán devastados, y nadie más pasará por ellos.

Durante cuarenta años quedará completamente deshabitada, y ni hombres ni animales pasarán por allí.

»Y, si por todo el país yo mandara bestias feroces que lo arrasaran y lo convirtieran en desierto desolado, de modo que por temor a las fieras nadie se atreviera a pasar,

Muchos pastores han destruido mi viña, han pisoteado mi terreno; han hecho de mi hermosa parcela un desierto desolado.

»”Córtate la cabellera, y tírala; eleva tu lamento en las lomas desoladas, porque el Señor ha rechazado y abandonado a la generación que provocó su ira.

El llanto me consume los ojos; siento una profunda agonía. Estoy con el ánimo por los suelos porque mi pueblo ha sido destruido. Niños e infantes desfallecen por las calles de la ciudad.

»Todo esto me hace llorar; los ojos se me nublan de llanto. No tengo cerca a nadie que me consuele; no tengo a nadie que me reanime. Mis hijos quedaron abandonados porque el enemigo salió victorioso».

A causa de la maldición, el país está lleno de adúlteros, la tierra está de luto y los pastos del desierto se han secado. Los profetas corren tras la maldad, y usan su poder para la injusticia.

Parados sobre las lomas desiertas, y con los ojos desfallecientes, los asnos salvajes jadean como chacales porque ya no tienen hierba».

La aflicción me abruma; mi corazón desfallece.

Nunca preguntaron: “¿Dónde está el Señor que nos hizo subir de Egipto, que nos guio por el desierto, por tierra árida y accidentada, por tierra reseca y tenebrosa, por tierra que nadie transita y en la que nadie vive?”

»Aunque te arrasaron y te dejaron en ruinas, y tu tierra quedó asolada, ahora serás demasiado pequeña para tus habitantes, y lejos quedarán los que te devoraban.

»Te convertiré en una trilladora nueva y afilada, de doble filo. Trillarás las montañas y las harás polvo; convertirás en paja las colinas.

Porque la ataca una nación del norte, que dejará desolada a su tierra. Hombres y animales saldrán huyendo, y no habrá nadie que la habite.

«Hijo de hombre, dedícale este canto fúnebre a Tiro,

Vestíos de duelo y gemid, sacerdotes; lamentaos, ministros del altar. Venid, ministros de mi Dios, y pasad la noche vestidos de luto, porque las ofrendas de cereales y las libaciones han sido suspendidas en la casa de vuestro Dios.

A ti clamo, Señor, porque el fuego ha devorado los pastizales de la estepa; las llamas han consumido todos los árboles silvestres.

Oye esta palabra, reino de Israel, este canto fúnebre que por ti entono:

Por eso, así dice el Señor omnipotente, el Dios Todopoderoso: «En todas las plazas se escucharán lamentos, y gritos de angustia en todas las calles. Llamarán a duelo a los campesinos, y a los llorones profesionales, a hacer lamentación.

En aquel día se les hará burla, y se les cantará este lamento: “¡Estamos perdidos! Se están repartiendo los campos de mi pueblo. ¡Cómo me los arrebatan! Nuestra tierra se la reparten los traidores”».

Los leones rugieron contra él, lanzaron fuertes gruñidos. Dejaron desolado su país, sus ciudades fueron incendiadas, y ya nadie las habita.

La han dejado en ruinas, seca y desolada ante mis ojos; todo el país ha sido arrasado porque a nadie le importa.

porque el monte Sión se halla desolado, y sobre él rondan los chacales.

No importa dónde viváis, vuestras ciudades serán destruidas y vuestros lugares de culto idolátrico serán devastados. Vuestros altares quedarán completamente destrozados; vuestros ídolos, hechos un montón de ruinas; vuestros incensarios, hechos añicos. ¡Todas vuestras obras desaparecerán!

Por lo tanto, por culpa vuestra Sión será como un campo arado; Jerusalén quedará en ruinas, y el monte del templo se volverá un matorral.




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