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Referencias Cruzadas

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Jeremías 6:10

Biblia Nueva Versión Internacional 2017

¿A quién hablaré? ¿A quién advertiré? ¿Quién podrá escucharme? Tienen tapados los oídos y no pueden comprender. La palabra del Señor los ofende; detestan escucharla.

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40 Referencias Cruzadas  

»¡Tercos, duros de corazón y oídos! Vosotros sois iguales que vuestros antepasados: ¡Siempre resistís al Espíritu Santo!

El mundo no tiene motivos para aborreceros; a mí, sin embargo, me aborrece porque yo testifico que sus obras son malas.

Con todo, no me obedecieron ni me prestaron atención, sino que se obstinaron y fueron peores que sus antepasados”.

Por la fe Noé, advertido sobre cosas que aún no se veían, con temor reverente construyó un arca para salvar a su familia. Por esa fe condenó al mundo y llegó a ser heredero de la justicia que viene por la fe.

¿Quién ha creído nuestro mensaje y a quién se le ha revelado el poder del Señor?

Pero Moisés se enfrentó al Señor y le dijo: ―¿Y cómo va a hacerme caso el faraón, si ni siquiera los israelitas me creen? Además, no tengo facilidad de palabra.

Porque llegará el tiempo en que no van a tolerar la sana doctrina, sino que, llevados de sus propios deseos, se rodearán de maestros que les digan las novelerías que quieren oír.

A este Cristo proclamamos, aconsejando y enseñando con toda sabiduría a todos los seres humanos, para presentarlos a todos perfectos en él.

Porque en lo íntimo de mi ser me deleito en la ley de Dios;

Luego cayó de rodillas y gritó: ―¡Señor, no les tomes en cuenta este pecado! Cuando hubo dicho esto, murió.

Algunos fariseos que estaban con él, al oírlo hablar así, le preguntaron: ―¿Qué? ¿Acaso también nosotros somos ciegos?

Los maestros de la ley y los jefes de los sacerdotes, cayendo en la cuenta de que la parábola iba dirigida contra ellos, buscaron la manera de echarle mano en aquel mismo momento. Pero temían al pueblo.

Uno de los expertos en la ley le respondió: ―Maestro, al hablar así nos insultas también a nosotros.

Pero, al ver que muchos fariseos y saduceos llegaban adonde él estaba bautizando, les advirtió: «¡Camada de víboras! ¿Quién os dijo que podríais escapar del castigo que se acerca?

Entonces Amasías, sacerdote de Betel, envió un mensaje a Jeroboán rey de Israel: «Amós está conspirando contra ti en medio de Israel. El país ya no aguanta tanta palabrería de Amós,

En cambio, si le adviertes al malvado que cambie su mala conducta, y no lo hace, él morirá por su pecado, pero tú habrás salvado tu vida.

si este ve acercarse al ejército enemigo, toca la trompeta para advertir al pueblo.

Habitantes de Judá y de Jerusalén, marcad vuestro corazón con la señal del pacto: circuncidaos para honrar al Señor, no sea que por la maldad de vuestras obras mi furor se encienda como el fuego y arda sin que nadie pueda apagarlo.

Yo, Señor, ansío tu salvación. Tu ley es mi regocijo.

Que venga tu compasión a darme vida, porque en tu ley me regocijo.

El corazón de ellos es torpe e insensible, pero yo me regocijo en tu ley.

Dirígeme por la senda de tus mandamientos, porque en ella encuentro mi solaz.

Tus estatutos son mi deleite; son también mis consejeros.

En tus decretos hallo mi deleite, y jamás olvidaré tu palabra.

Me agrada, Dios mío, hacer tu voluntad; tu ley la llevo dentro de mí».

sino que en la ley del Señor se deleita, y día y noche medita en ella.

Pero hasta este día el Señor no os ha dado mente para entender, ni ojos para ver, ni oídos para oír.

Escucha esto, pueblo necio e insensato, que tiene ojos, pero no ve, que tiene oídos, pero no oye.

castigaré a Egipto, Judá, Edom, Amón, Moab, y a todos los que viven en el desierto y se rapan las sienes. Todas las naciones son incircuncisas, pero el pueblo de Israel es incircunciso de corazón».

Tú has visto muchas cosas, pero no las has captado; tienes abiertos los oídos, pero no oyes nada».

Y ahora, puesto que vosotros habéis hecho todas estas cosas —afirma el Señor—, y puesto que una y otra vez os he hablado y no me habéis querido escuchar, y puesto que os he llamado y no me habéis respondido,

«Así dice el Señor Todopoderoso, el Dios de Israel: “Ve y dile a toda la gente de Judá y Jerusalén: ¿No podéis aprender esta lección, y obedecer mis palabras? —afirma el Señor—.

Pero el pueblo de Israel no va a escucharte, porque no quiere obedecerme. Todo el pueblo de Israel es terco y obstinado.




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