Fortaleceré a su vez los brazos del rey de Babilonia: pondré mi espada en sus manos y quebraré los brazos del faraón. Entonces él gemirá ante su enemigo como herido de muerte.
Mandaré contra ti una peste, y por tus calles correrá la sangre; por la espada que ataca por todos lados, los heridos caerán en tus calles, y se sabrá que yo soy el Señor.