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Referencias Cruzadas

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Jeremías 5:6

Biblia Nueva Versión Internacional 2017

Por eso los herirá el león de la selva y los despedazará el lobo del desierto; frente a sus ciudades está el leopardo al acecho, y todo el que salga de ellas será despedazado, pues son muchas sus rebeliones y numerosas sus infidelidades.

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38 Referencias Cruzadas  

Las autoridades que están en ella son leones rugientes, sus gobernantes son lobos nocturnos que no dejan nada para la mañana.

Sus caballos son más veloces que leopardos, más feroces que lobos nocturnos. Su caballería se lanza a todo galope; sus jinetes vienen de muy lejos. ¡Caen como buitres sobre su presa!

Un león ha salido del matorral, un destructor de naciones se ha puesto en marcha; ha salido de su lugar de origen para desolar tu tierra; tus ciudades quedarán en ruinas y totalmente despobladas.

Los jefes de la ciudad son como lobos que desgarran a su presa; siempre están listos para derramar sangre y para destruir vidas, con tal de lograr ganancias injustas.

La bestia parecía un leopardo, pero tenía patas como de oso y fauces como de león. El dragón le confirió a la bestia su poder, su trono y gran autoridad.

Yo seré como un león para Efraín, como un cachorro para Judá. Yo mismo los haré pedazos, y luego me alejaré; yo mismo me llevaré la presa, y no habrá quien me la arrebate.

»Ante mis propios ojos vi aparecer otra bestia, la cual se parecía a un leopardo, aunque en el lomo tenía cuatro alas, como las de un ave. Esta bestia tenía cuatro cabezas, y recibió autoridad para gobernar.

»La primera de ellas se parecía a un león, pero sus alas eran las de un águila. Mientras yo la observaba, le arrancaron las alas, la levantaron del suelo y la obligaron a mantenerse sobre sus patas traseras, como si fuera un hombre. Y se le dio un corazón humano.

Pero ella multiplicó sus prostituciones, recordando los días de su juventud cuando en Egipto había sido una prostituta.

¡No hubo esquina donde no te exhibieras para prostituirte! Te abriste de piernas a cualquiera que pasaba, y fornicaste sin cesar.

Sus enemigos se volvieron sus amos; ¡tranquilos se ven sus adversarios! El Señor la ha acongojado por causa de sus muchos pecados. Sus hijos marcharon al cautiverio, arrastrados por sus enemigos.

»Como león que sale de los matorrales del Jordán hacia praderas de verdes pastos, en un instante espantaré de su tierra a los de Edom, y sobre ellos nombraré a mi elegido. Porque, ¿quién como yo? ¿Quién me puede desafiar? ¿Qué pastor se me puede oponer?»

La ardiente ira del Señor no pasará hasta que haya realizado del todo los propósitos de su corazón. Todo esto lo comprenderéis al final de los tiempos.

Todos tus amantes te han olvidado; ya no se ocupan de ti. Por causa de tu enorme iniquidad, y por tus muchos pecados, te he golpeado, te he corregido, como lo haría un adversario cruel.

Como león que deja abandonada su guarida, el Señor ha dejado desolado su país, a causa de la espada devastadora, a causa de la ardiente ira del Señor.

Aunque nuestras iniquidades nos acusan, tú, Señor, actúas por causa de tu nombre; muchas son nuestras infidelidades; ¡contra ti hemos pecado!

Tu maldad te castigará, tu infidelidad te recriminará. Ponte a pensar cuán malo y amargo es abandonar al Señor tu Dios y no sentir temor de mí —afirma el Señor, el Señor Todopoderoso—.

¿No te ha pasado todo esto por haber abandonado al Señor tu Dios, mientras él te guiaba por el camino?

Los leones rugieron contra él, lanzaron fuertes gruñidos. Dejaron desolado su país, sus ciudades fueron incendiadas, y ya nadie las habita.

Tú sabes que son muchas nuestras rebeliones; nuestros pecados nos acusan. Nuestras rebeliones no nos dejan; conocemos nuestras iniquidades.

Tú traes la oscuridad, y cae la noche, y en sus sombras se arrastran los animales del bosque.

Entonces el sacerdote Esdras se puso en pie y les dijo: ―Vosotros habéis sido infieles y habéis aumentado la culpa de Israel, pues habéis contraído matrimonio con mujeres extranjeras.

y le dije en oración: «Dios mío, estoy confundido y siento vergüenza de levantar el rostro hacia ti, porque nuestras maldades se han amontonado hasta cubrirnos por completo; nuestra culpa ha llegado hasta el cielo.

»¡Y ahora vosotros, raza de pecadores, venís en lugar de vuestros padres para aumentar la ira del Señor contra Israel!

Los jabalíes del bosque la destruyen, los animales salvajes la devoran.

¿Por qué entonces este pueblo se ha desviado? ¿Por qué persiste Jerusalén en su apostasía? Se aferran al engaño, y no quieren volver a mí.

¿Por qué te quejas de tus heridas, si tu dolor es incurable? Por causa de tu enorme iniquidad y por tus muchos pecados, yo te he tratado así.

También los jefes de los sacerdotes y el pueblo aumentaron su maldad, pues siguieron las prácticas detestables de los países vecinos y contaminaron el templo que el Señor había consagrado para sí en Jerusalén.

Si me levanto, me acechas como un león y despliegas contra mí tu gran poder.

Tus gobernantes son rebeldes, cómplices de ladrones; todos aman el soborno y van tras los regalos. No abogan por el huérfano, ni se ocupan de la causa de la viuda.

»Pero vosotros, los de esta generación, prestad atención a la palabra del Señor: ¿Acaso he sido para Israel un desierto o una tierra tenebrosa? ¿Por qué dice mi pueblo: “Somos libres, nunca más volveremos a ti”?

Aun la cigüeña en el cielo conoce sus estaciones; la tórtola, la golondrina y la grulla saben cuándo deben emigrar. Pero mi pueblo no conoce las leyes del Señor.




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