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Referencias Cruzadas

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Jeremías 5:5

Biblia Nueva Versión Internacional 2017

Me dirigiré a los líderes y les hablaré; porque ellos sí conocen el camino del Señor y las demandas de su Dios». Pero ellos también quebrantaron el yugo y rompieron las ataduras.

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25 Referencias Cruzadas  

»Desde hace mucho quebraste el yugo; te quitaste las ataduras y dijiste: “¡No quiero servirte!” Sobre toda colina alta, y bajo todo árbol frondoso, te entregaste a la prostitución.

Pero sus súbditos lo odiaban y mandaron tras él una delegación a decir: “No queremos a este por rey”.

Al verlo tan afligido, Jesús comentó: ―¡Qué difícil es para los ricos entrar en el reino de Dios!

»Los labios de un sacerdote atesoran sabiduría, y de su boca los hombres buscan instrucción, porque es mensajero del Señor Todopoderoso.

Sus gobernantes juzgan por soborno, sus sacerdotes instruyen por paga, y sus profetas predicen por dinero; para colmo, se apoyan en el Señor, diciendo: «¿No está el Señor entre nosotros? ¡No vendrá sobre nosotros ningún mal!»

Oíd esta palabra, vacas de Basán, que vivís en el monte de Samaria, que oprimís a los desvalidos y maltratáis a los necesitados, que decís a vuestros esposos: «¡Traednos de beber!»

»Desde el más pequeño hasta el más grande, todos codician ganancias injustas; desde el profeta hasta el sacerdote, todos practican el engaño.

Al ver Moisés que el pueblo estaba desenfrenado y que Aarón les había permitido desmandarse y convertirse en el hazmerreír de sus enemigos,

«Tensan su lengua como un arco; en el país prevalece la mentira, no la verdad, porque van de mal en peor, y a mí no me conocen —afirma el Señor—.

Dios me dijo: «Hijo de hombre, estos son los que están tramando maldades y dando malos consejos en esta ciudad.

También los jefes de los sacerdotes y el pueblo aumentaron su maldad, pues siguieron las prácticas detestables de los países vecinos y contaminaron el templo que el Señor había consagrado para sí en Jerusalén.

Tus gobernantes son rebeldes, cómplices de ladrones; todos aman el soborno y van tras los regalos. No abogan por el huérfano, ni se ocupan de la causa de la viuda.

»Pero vosotros, los de esta generación, prestad atención a la palabra del Señor: ¿Acaso he sido para Israel un desierto o una tierra tenebrosa? ¿Por qué dice mi pueblo: “Somos libres, nunca más volveremos a ti”?

Aun la cigüeña en el cielo conoce sus estaciones; la tórtola, la golondrina y la grulla saben cuándo deben emigrar. Pero mi pueblo no conoce las leyes del Señor.

Todos tus amantes te han olvidado; ya no se ocupan de ti. Por causa de tu enorme iniquidad, y por tus muchos pecados, te he golpeado, te he corregido, como lo haría un adversario cruel.

¡Ay de los que viven tranquilos en Sión y de los que viven confiados en el monte de Samaria! ¡Ay de los notables de la nación más importante, a quienes acude el pueblo de Israel!




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