Escuchad, montañas, la querella del Señor; prestad atención, firmes cimientos de la tierra; el Señor entra en juicio contra su pueblo, entabla un pleito contra Israel:
No te inclines delante de ellos ni los adores. Yo, el Señor tu Dios, soy un Dios celoso. Cuando los padres son malvados y me odian, yo castigo a sus hijos hasta la tercera y cuarta generación.
»¡Echadle en cara a vuestra madre que ni ella es mi esposa ni yo su esposo! ¡Que se quite del rostro el maquillaje de prostituta, y de entre los pechos los adornos de ramera!
Escuchad, israelitas, la palabra del Señor, porque el Señor va a entrar en juicio contra los habitantes del país: «Ya no hay entre mi pueblo fidelidad ni amor, ni conocimiento de Dios.