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Referencias Cruzadas

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Jeremías 2:13

Biblia Nueva Versión Internacional 2017

»Dos son los pecados que ha cometido mi pueblo: Me han abandonado a mí, fuente de agua viva, y han cavado sus propias cisternas, cisternas rotas que no retienen agua.

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49 Referencias Cruzadas  

pero el que beba del agua que yo le daré no volverá a tener sed jamás, sino que dentro de él esa agua se convertirá en un manantial del que brotará vida eterna.

En el último día, el más solemne de la fiesta, Jesús se puso de pie y exclamó: ―¡Si alguno tiene sed, que venga a mí y beba!

Señor, tú eres la esperanza de Israel, todo el que te abandona quedará avergonzado. El que se aparta de ti quedará como algo escrito en el polvo, porque abandonó al Señor, al manantial de aguas vivas.

También me dijo: «Ya todo está hecho. Yo soy el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin. Al que tenga sed le daré a beber gratuitamente de la fuente del agua de la vida.

Porque en ti está la fuente de la vida, y en tu luz podemos ver la luz.

Luego el ángel me mostró un río de agua de vida, claro como el cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero,

¿Por qué gastáis dinero en lo que no es pan, y vuestro salario en lo que no satisface? Escuchadme bien, y comeréis lo que es bueno, y os deleitaréis con manjares deliciosos.

El Espíritu y la novia dicen: «¡Ven!»; y el que escuche diga: «¡Ven!» El que tenga sed, venga; y el que quiera, tome gratuitamente del agua de la vida.

«Mi pueblo es necio, no me conoce; son hijos insensatos que no tienen entendimiento. Son hábiles para hacer el mal; no saben hacer el bien».

¿Hay alguna nación que haya cambiado de dioses, a pesar de que no son dioses? ¡Pues mi pueblo ha cambiado al que es su gloria, por lo que no sirve para nada!

Estos individuos son fuentes sin agua, niebla empujada por la tormenta, para quienes está reservada la más densa oscuridad.

¿No te ha pasado todo esto por haber abandonado al Señor tu Dios, mientras él te guiaba por el camino?

Yo dictaré sentencia contra mi pueblo, por toda su maldad, porque me han abandonado; han quemado incienso a otros dioses, y han adorado las obras de sus manos.

En realidad, Dios da sabiduría, conocimientos y alegría a quien es de su agrado; en cambio, al pecador le impone la tarea de acumular más y más, para luego dárselo todo a quien es de su agrado. Y también esto es absurdo; ¡es correr tras el viento!

Tú me has rechazado, te has vuelto atrás —afirma el Señor—. Extenderé mi mano contra ti, y te destruiré; estoy cansado de tener compasión de ti.

Declaró: «Verdaderamente son mi pueblo, hijos que no me engañarán». Así se convirtió en el Salvador

Por eso mi pueblo será exiliado, porque no me conoce; sus nobles perecerán de hambre y la multitud se morirá de sed.

El buey conoce a su dueño y el asno el pesebre de su amo; ¡pero Israel no conoce, mi pueblo no entiende!»

Consideré luego todas mis obras y el trabajo que me había costado realizarlas, y vi que todo era absurdo, un correr tras el viento, y que ningún provecho se saca en esta vida.

Lo más absurdo de lo absurdo, —dice el Maestro—, lo más absurdo de lo absurdo, ¡todo es un absurdo!

Por eso vosotros clamasteis al Señor: “Hemos pecado al abandonar al Señor y adorar a los ídolos de Baal y a las imágenes de Astarté. Pero ahora, si nos libras del poder de nuestros enemigos, solo a ti te serviremos”.

Los profetas profieren mentiras, los sacerdotes gobiernan a su antojo, ¡y mi pueblo tan campante! Pero ¿qué vais a hacer vosotros cuando todo haya terminado?

Vi además que tanto el afán como el éxito en la vida despiertan envidias. Y también esto es absurdo; ¡es correr tras el viento!

»El pueblo de Israel se avergonzará, junto con sus reyes y autoridades, sacerdotes y profetas, como se avergüenza el ladrón cuando lo descubren.

pues hay quienes ponen a trabajar su sabiduría y sus conocimientos y experiencia, para luego entregarle todos sus bienes a quien jamás movió un dedo. ¡Y también esto es absurdo, y un mal enorme!

Y he observado todo cuanto se hace en esta vida, y todo ello es absurdo, ¡es correr tras el viento!

Pero vosotros me habéis abandonado y habéis servido a otros dioses; por lo tanto, no os volveré a salvar.

«Pueblo mío, ¿qué te he hecho? ¡Dime en qué te he ofendido!

Ayer vosotros erais mi pueblo, pero hoy os habéis vuelto mis enemigos. A los que pasan confiados, a los que vuelven de la guerra, los despojáis de su manto.

¿Acaso la nieve del Líbano desaparece de las colinas escarpadas? ¿Se agotan las aguas frías que fluyen de las montañas?

Sin duda, en mi pueblo hay malvados, que están al acecho como cazadores de aves, que ponen trampas para atrapar a la gente.

Lo más absurdo de lo absurdo, ¡todo es un absurdo! —ha dicho el Maestro.

―Si supieras lo que Dios puede dar, y conocieras al que te está pidiendo agua —contestó Jesús—, tú le habrías pedido a él, y él te habría dado agua que da vida.

―Señor, ni siquiera tienes con qué sacar agua, y el pozo es muy hondo; ¿de dónde, pues, vas a sacar esa agua que da vida?

y le dijo a Moisés: «Tú irás a descansar con tus antepasados, y muy pronto esta gente me será infiel con los dioses extraños del territorio al que van a entrar. Me rechazarán y quebrantarán el pacto que hice con ellos.

Con alegría sacaréis agua de las fuentes de la salvación.

Los nobles mandan por agua a sus siervos, y estos van a las cisternas, pero no la encuentran. Avergonzados y confundidos, vuelven con sus cántaros vacíos y cubriéndose la cabeza.

Porque ellos me han abandonado. Han profanado este lugar, quemando en él incienso a otros dioses que no conocían ni ellos ni sus antepasados ni los reyes de Judá. Además, han llenado de sangre inocente este lugar.

El hombre me trajo de vuelta a la entrada del templo, y vi que brotaba agua por debajo del umbral, en dirección al oriente, que es hacia donde da la fachada del templo. El agua corría por la parte baja del lado derecho del templo, al sur del altar.

»En aquel día se abrirá una fuente para lavar del pecado y de la impureza a la casa real de David y a los habitantes de Jerusalén.

Ellos me han abandonado; han quemado incienso a otros dioses y me han provocado a ira con todos sus ídolos. Por eso mi ira arde contra este lugar, y no se apagará’.

¡Ay, nación pecadora, pueblo cargado de culpa, generación de malhechores, hijos corruptos! ¡Han abandonado al Señor! ¡Han despreciado al Santo de Israel! ¡Se han vuelto atrás!

Así cautivaré el corazón de los israelitas que por causa de todos esos ídolos se hayan alejado de mí”.




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