El Señor omnipotente jura por sí mismo; esto afirma el Señor Dios Todopoderoso: «Yo detesto la arrogancia de Jacob; yo aborrezco sus fortalezas; por eso entregaré la ciudad al enemigo, con todo lo que hay en ella».
«Toda su maldad comenzó en Guilgal; allí comencé a aborrecerlos. Por causa de sus maldades, los expulsaré de mi casa. No volveré a amarlos, pues todas sus autoridades son rebeldes.
Hemos sido rebeldes; hemos negado al Señor. ¡Le hemos vuelto la espalda a nuestro Dios! Fomentamos la opresión y la traición; proferimos las mentiras concebidas en nuestro corazón.
Ayer vosotros erais mi pueblo, pero hoy os habéis vuelto mis enemigos. A los que pasan confiados, a los que vuelven de la guerra, los despojáis de su manto.