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Referencias Cruzadas

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Jeremías 10:13

Biblia Nueva Versión Internacional 2017

Cuando él deja oír su voz, rugen las aguas en los cielos; hace que vengan las nubes desde los confines de la tierra. Entre relámpagos hace llover, y saca de sus depósitos al viento.

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23 Referencias Cruzadas  

Levanta las nubes desde los confines de la tierra; envía relámpagos con la lluvia y saca de sus depósitos a los vientos.

»¿Has llegado a visitar los depósitos de nieve y de granizo,

En el cielo, entre granizos y carbones encendidos, se oyó el trueno del Señor, resonó la voz del Altísimo.

Él cubre de nubes el cielo, envía la lluvia sobre la tierra y hace crecer la hierba en los montes.

tienen oídos, pero no pueden oír; ¡ni siquiera hay aliento en su boca!

al que cabalga por los cielos, los cielos antiguos, al que hace oír su voz, su voz de trueno.

Entonces Elías le dijo a Acab: ―Anda a tu casa, y come y bebe, porque ya se oye el ruido de un fuerte aguacero.

Moisés levantó su vara hacia el cielo, y el Señor hizo que cayera granizo sobre todo Egipto: envió truenos, granizo y rayos sobre toda la tierra.

¡Pedidle al Señor que llueva en primavera! ¡Él es quien hace los nubarrones y envía los aguaceros! ¡Él es quien da a todo hombre la hierba del campo!

aún no había ningún arbusto del campo sobre la tierra, ni había brotado la hierba, porque Dios el Señor todavía no había hecho llover sobre la tierra ni existía el hombre para que la cultivara.

Desde tus altos aposentos riegas las montañas; la tierra se sacia con el fruto de tu trabajo.

Ante su trueno, braman las lluvias en el cielo, y desde los confines de la tierra hace que suban las nubes; entre relámpagos desata la lluvia, y saca de sus depósitos el viento.

He aquí el que forma las montañas, el que crea el viento, el que revela al hombre sus designios, el que convierte la aurora en tinieblas, el que marcha sobre las alturas de la tierra: su nombre es el Señor Dios Todopoderoso.

No reflexionan ni dicen: “Temamos al Señor, nuestro Dios, quien a su debido tiempo nos da lluvia, las lluvias de otoño y primavera, y nos asegura las semanas señaladas para la cosecha”.

¿Acaso hay entre los ídolos falsos alguno que pueda hacer llover? Señor y Dios nuestro, ¿acaso no eres tú, y no el cielo mismo, el que manda los aguaceros? Tú has hecho todas estas cosas; por eso esperamos en ti.

Así haré con este lugar y con sus habitantes —afirma el Señor—; esta ciudad quedará tal y como quedó Tofet.




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