Estos fueron los tres hijos de Noé que con su descendencia poblaron toda la tierra.
Saca también todos los seres vivientes que están contigo: las aves, el ganado y todos los animales que se arrastran por el suelo. ¡Que sean fecundos! ¡Que se multipliquen y llenen la tierra!»
Noé ya había cumplido quinientos años cuando fue padre de Sem, Cam y Jafet.
Dios bendijo a Noé y a sus hijos con estas palabras: «Sed fecundos, multiplicaos y llenad la tierra.
»En cuanto a vosotros, sed fecundos y multiplicaos; sí, multiplicaos y llenad la tierra».
Noé se dedicó a cultivar la tierra, y plantó una viña.
Esta es la historia de Sem, Cam y Jafet, hijos de Noé, quienes después del diluvio tuvieron sus propios hijos.