Génesis 45:5

Biblia Nueva Versión Internacional 2017

Pero ahora, por favor no os aflijáis más ni os reprochéis el haberme vendido, pues en realidad fue Dios quien me mandó delante de vosotros para salvar vidas.

Referencias Cruzadas

Génesis 50:20

Es verdad que vosotros pensasteis hacerme mal, pero Dios transformó ese mal en bien para lograr lo que hoy estamos viendo: salvar la vida de mucha gente.

Job 1:21

Entonces dijo: «Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo he de partir. El Señor ha dado; el Señor ha quitado. ¡Bendito sea el nombre del Señor!»

Lucas 23:34

―Padre —dijo Jesús—, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Mientras tanto, echaban suertes para repartirse entre sí la ropa de Jesús.

Génesis 47:25

―¡Tú nos has salvado la vida, y hemos contado con tu favor! —respondieron ellos—. ¡Seremos esclavos del faraón!

2 Corintios 2:11

para que Satanás no se aproveche de nosotros, pues no ignoramos sus artimañas.

2 Corintios 2:7

Más bien debierais perdonarlo y consolarlo para que no sea consumido por la excesiva tristeza.

2 Samuel 17:14

Absalón y todos los israelitas dijeron: ―El plan de Husay el arquita es mejor que el de Ajitofel. Esto sucedió porque el Señor había determinado hacer fracasar el consejo de Ajitofel, aunque era el más acertado, y de ese modo llevar a Absalón a la ruina.

2 Samuel 12:12

Lo que tú hiciste a escondidas, yo lo haré a plena luz, a la vista de todo Israel”».

1 Samuel 1:19

Al día siguiente madrugaron y, después de adorar al Señor, volvieron a su casa en Ramá. Luego Elcaná se unió a su esposa Ana, y el Señor se acordó de ella.

Filemón 1:15

Tal vez por eso Onésimo se alejó de ti por algún tiempo, para que ahora lo recibas para siempre,

Génesis 37:28

así que, cuando los mercaderes madianitas se acercaron, sacaron a José de la cisterna y se lo vendieron a los ismaelitas por veinte monedas de plata. Fue así como se llevaron a José a Egipto.

Génesis 50:19

―No tengáis miedo —les contestó José—. ¿Puedo acaso tomar el lugar de Dios?

Génesis 50:21

Así que, ¡no tengáis miedo! Yo cuidaré de vosotros y de vuestros hijos. Y así, con el corazón en la mano, José los reconfortó.

Ester 4:14

Si ahora te quedas absolutamente callada, de otra parte vendrán el alivio y la liberación para los judíos, pero tú y la familia de tu padre pereceréis. ¡Quién sabe si no has llegado al trono precisamente para un momento como este!»