Lamec tuvo dos mujeres. Una de ellas se llamaba Ada, y la otra, Zila.
Por eso el hombre deja a su padre y a su madre, y se une a su mujer, y los dos se funden en un solo ser.
―Moisés os permitió divorciaros de vuestras esposas por lo obstinados que sois —respondió Jesús—. Pero no fue así desde el principio.
Luego Dios el Señor dijo: «No es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada».
Enoc tuvo un hijo llamado Irad, que fue el padre de Mejuyael. Este, a su vez, fue el padre de Metusael, y Metusael fue el padre de Lamec.
Ada dio a luz a Jabal, quien a su vez fue el antepasado de los que viven en tiendas de campaña y crían ganado.
Lamec dijo a sus mujeres Ada y Zila: «¡Escuchad bien, mujeres de Lamec! ¡Escuchad mis palabras! Maté a un hombre por haberme herido, y a un muchacho por golpearme.
Joyadá eligió dos esposas para Joás, y con ellas Joás tuvo hijos e hijas.