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Referencias Cruzadas

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Génesis 32:13

Biblia Nueva Versión Internacional 2017

Jacob pasó la noche en aquel lugar, y de lo que tenía consigo escogió, como regalo para su hermano Esaú,

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18 Referencias Cruzadas  

Entonces Israel, su padre, les dijo: ―Ya que no hay más remedio, haced lo siguiente: Echad en vuestros costales los mejores productos de esta región, y llevádselos de regalo a ese hombre: un poco de bálsamo, un poco de miel, perfumes, mirra, nueces, almendras.

Con regalos se abren todas las puertas y se llega a la presencia de gente importante.

El regalo secreto apacigua el enojo; el obsequio discreto calma la ira violenta.

Muchos buscan congraciarse con los poderosos; todos son amigos de quienes reparten regalos.

Vara mágica es el soborno para quien lo ofrece, pues todo lo que emprende lo consigue.

Cuando José entró en su casa, le entregaron los regalos que le habían llevado y, rostro en tierra, se postraron ante él.

Acepta tú este regalo que tu sierva te ha traído, y repártelo entre los criados que te acompañan.

Pregúntales a tus criados, y ellos mismos te lo confirmarán. Por tanto, te agradeceré que recibas bien a mis hombres, pues este día hay que celebrarlo. Dales, por favor, a tus siervos y a tu hijo David lo que tengas a mano”».

José era el gobernador del país, y el que vendía trigo a todo el mundo. Cuando sus hermanos llegaron ante él, se postraron rostro en tierra.

―No, por favor —insistió Jacob—; si me he ganado tu confianza, acepta este presente que te ofrezco. Ya que me has recibido tan bien, ¡ver tu rostro es como ver a Dios mismo!

Abraham alzó la vista, y vio a tres hombres de pie cerca de él. Al verlos, corrió desde la entrada de la tienda a saludarlos. Inclinándose hasta el suelo,

doscientas cabras, veinte chivos, doscientas ovejas, veinte carneros,

―¿Qué significan todas estas manadas que han salido a mi encuentro? —preguntó Esaú. ―Intentaba con ellas ganarme tu confianza —contestó Jacob.

Multiplicaré tu descendencia como el polvo de la tierra. Si alguien puede contar el polvo de la tierra, también podrá contar tus descendientes.

Luego el Señor lo llevó afuera y le dijo: ―Mira hacia el cielo y cuenta las estrellas, a ver si puedes. ¡Así de numerosa será tu descendencia!

que te bendeciré en gran manera, y que multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena del mar. Además, tus descendientes conquistarán las ciudades de sus enemigos.

Así que puse a la gente por familias, con sus espadas, arcos y lanzas, detrás de las murallas, en los lugares más vulnerables y desguarnecidos.




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