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Referencias Cruzadas

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Génesis 30:1

Biblia Nueva Versión Internacional 2017

Cuando Raquel se dio cuenta de que no le podía dar hijos a Jacob, tuvo envidia de su hermana y le dijo a Jacob: ―¡Dame hijos! Si no me los das, ¡me muero!

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26 Referencias Cruzadas  

El resentimiento mata a los necios; la envidia mata a los insensatos.

Cuando el Señor vio que Lea no era amada, le concedió hijos. Mientras tanto, Raquel permaneció estéril.

Sus hermanos le tenían envidia, pero su padre meditaba en todo esto.

La tristeza que proviene de Dios produce el arrepentimiento que lleva a la salvación, de la cual no hay que arrepentirse, mientras que la tristeza del mundo produce la muerte.

¿O creéis que la Escritura dice en vano que Dios ama celosamente al espíritu que hizo morar en nosotros?

Pero, si tenéis envidias amargas y rivalidades en el corazón, dejad de presumir y de faltar a la verdad.

pues aún sois inmaduros. Mientras haya entre vosotros celos y contiendas, ¿no seréis inmaduros? ¿Acaso no os estáis comportando según criterios meramente humanos?

El corazón tranquilo da vida al cuerpo, pero la envidia corroe los huesos.

En otro tiempo también nosotros éramos necios y desobedientes. Estábamos descarriados y éramos esclavos de todo género de pasiones y placeres. Vivíamos en la malicia y en la envidia. Éramos detestables y nos odiábamos unos a otros.

y envidia; borracheras, orgías, y otras cosas parecidas. Os advierto ahora, como antes lo hice, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.

Por eso se fue de Judea y volvió otra vez a Galilea.

Vi además que tanto el afán como el éxito en la vida despiertan envidias. Y también esto es absurdo; ¡es correr tras el viento!

En el campamento tuvieron envidia de Moisés y de Aarón, el que estaba consagrado al Señor.

¿Hay quien pueda presentar cargos contra mí? Si lo hay, me quedaré callado hasta morir.

»¿Por qué no perecí al momento de nacer? ¿Por qué no morí cuando salí del vientre?

y caminó todo un día por el desierto. Llegó adonde había un arbusto, y se sentó a su sombra con ganas de morirse. «¡Estoy harto, Señor! —protestó—. Quítame la vida, pues no soy mejor que mis antepasados».

Pero Moisés le respondió: ―¿Estás celoso por mí? ¡Cómo quisiera que todo el pueblo del Señor profetizara, y que el Señor pusiera su Espíritu en todos ellos!

Si este es el trato que vas a darme, ¡me harás un favor si me quitas la vida! ¡Así me veré libre de mi desgracia!

el sepulcro, el vientre estéril, la tierra, que nunca se sacia de agua, y el fuego, que no se cansa de consumir.

con gran angustia comenzó a orar al Señor y a llorar desconsoladamente.




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