Allí Isaac construyó un altar e invocó el nombre del Señor. Acampó en ese lugar, y sus siervos cavaron un pozo.
Te ofreceré un sacrificio de gratitud e invocaré, Señor, tu nombre.
Entonces Abram levantó su campamento y se fue a vivir cerca de Hebrón, junto al encinar de Mamré. Allí erigió un altar al Señor.
Moisés edificó un altar y lo llamó «El Señor es mi estandarte».
Dios le dijo a Jacob: «Ponte en marcha, y vete a vivir a Betel. Erige allí un altar al Dios que se te apareció cuando escapabas de tu hermano Esaú».
También construyó un altar, y lo llamó El Elohé Israel.
Cuando llegaron al lugar señalado por Dios, Abraham construyó un altar y preparó la leña. Después ató a su hijo Isaac y lo puso sobre el altar, encima de la leña.
En ese lugar había erigido antes un altar, y allí invocó Abram el nombre del Señor.
Luego Noé construyó un altar al Señor, y sobre ese altar ofreció como holocausto animales puros y aves puras.
También Set tuvo un hijo, a quien llamó Enós. Desde entonces se comenzó a invocar el nombre del Señor.
Aquel mismo día, los siervos de Isaac fueron y le informaron acerca de un pozo que habían cavado, y le dijeron: ―¡Hemos encontrado agua!