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Referencias Cruzadas

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Génesis 21:1

Biblia Nueva Versión Internacional 2017

Tal como el Señor lo había dicho, se ocupó de Sara y cumplió con la promesa que le había hecho.

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23 Referencias Cruzadas  

Las palabras del Señor son puras, son como la plata refinada, siete veces purificada en el crisol.

―Dentro de un año volveré a verte —dijo uno de ellos—, y para entonces tu esposa Sara tendrá un hijo. Sara estaba escuchando a la entrada de la tienda, a espaldas del que hablaba.

¿Acaso hay algo imposible para el Señor? El año que viene volveré a visitarte en esta fecha, y para entonces Sara habrá tenido un hijo.

A lo que Dios contestó: ―¡Pero es Sara, tu esposa, la que te dará un hijo, al que llamarás Isaac! Yo estableceré mi pacto con él y con sus descendientes, como pacto perpetuo.

Nuestra esperanza es la vida eterna, la cual Dios, que no miente, ya había prometido antes de la creación.

El de la esclava nació por decisión humana, pero el de la libre nació en cumplimiento de una promesa.

El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras jamás pasarán.

El Señor bendijo a Ana, de manera que ella concibió y dio a luz tres hijos y dos hijas. Durante ese tiempo, Samuel crecía en la presencia del Señor.

Vosotros, hermanos, al igual que Isaac, sois hijos por la promesa.

Noemí decidió regresar de la tierra de Moab con sus dos nueras, porque allí se enteró de que el Señor había acudido en ayuda de su pueblo al proveerle de alimento.

Tiempo después, José dijo a sus hermanos: «Yo estoy a punto de morir, pero sin duda Dios vendrá a ayudaros, y os llevará de este país a la tierra que prometió a Abraham, Isaac y Jacob».

Pero mi pacto lo estableceré con Isaac, el hijo que te dará Sara de aquí a un año, por estos días.

Yo la bendeciré, y por medio de ella te daré un hijo. Tanto la bendeciré que será madre de naciones, y de ella surgirán reyes de pueblos.

«Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha venido a redimir a su pueblo.

con lo que el pueblo creyó. Y, al oír que el Señor había estado pendiente de ellos y había visto su aflicción, los israelitas se inclinaron y adoraron al Señor.

Recuérdame, Señor, cuando te compadezcas de tu pueblo; ven en mi ayuda el día de tu salvación.

No te inclines delante de ellos ni los adores. Yo, el Señor tu Dios, soy un Dios celoso. Cuando los padres son malvados y me odian, yo castigo a sus hijos hasta la tercera y cuarta generación.

Y tú, anda y reúne a los ancianos de Israel, y diles: “El Señor y Dios de vuestros antepasados, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, se me apareció y me dijo: ‘Yo he estado pendiente de vosotros. He visto cómo os han maltratado en Egipto.

Te derribarán a ti y a tus hijos dentro de tus murallas. No dejarán ni una piedra sobre otra, porque no reconociste el tiempo en que Dios vino a salvarte.

Sara, la esposa de mi amo, le dio en su vejez un hijo, al que mi amo le ha dejado todo lo que tiene.

Al día siguiente madrugaron y, después de adorar al Señor, volvieron a su casa en Ramá. Luego Elcaná se unió a su esposa Ana, y el Señor se acordó de ella.

En efecto, la mujer quedó embarazada. Y al año siguiente, por esa misma fecha, dio a luz un hijo, tal como Eliseo se lo había dicho.




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