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Referencias Cruzadas

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Génesis 19:16

Biblia Nueva Versión Internacional 2017

Como Lot titubeaba, los hombres lo tomaron de la mano, lo mismo que a su esposa y a sus dos hijas, y los sacaron de la ciudad, porque el Señor tuvo compasión de ellos.

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39 Referencias Cruzadas  

Todo esto demuestra que el Señor sabe librar de la prueba a los que viven como Dios quiere, y reservar a los impíos para castigarlos en el día del juicio.

él nos salvó, no por nuestras propias obras de justicia, sino por su misericordia. Nos salvó mediante el lavamiento de la regeneración y de la renovación por el Espíritu Santo,

Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre misericordioso y Dios de toda consolación,

Nadie puede venir a mí si no lo atrae el Padre que me envió, y yo lo resucitaré en el día final.

En cambio, el recaudador de impuestos, que se había quedado a cierta distancia, ni siquiera se atrevía a alzar la vista al cielo, sino que se golpeaba el pecho y decía: “¡Oh Dios, ten compasión de mí, que soy pecador!”

El gran amor del Señor nunca se acaba, y su compasión jamás se agota.

de todas sus angustias. Él mismo los salvó; no envió un emisario ni un ángel. En su amor y misericordia los rescató; los levantó y los llevó en sus brazos como en los tiempos de antaño.

Dad gracias al Señor, porque él es bueno; su gran amor perdura para siempre.

Me doy prisa, no tardo nada para cumplir tus mandamientos.

Dad gracias al Señor, porque él es bueno; su gran amor perdura para siempre.

Ha hecho memorables sus maravillas. ¡El Señor es clemente y compasivo!

Dad gracias al Señor, porque él es bueno; su gran amor perdura para siempre.

Pero Dios los salvó, haciendo honor a su nombre, para mostrar su gran poder.

¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor! Dad gracias al Señor, porque él es bueno; su gran amor perdura para siempre.

Tan compasivo es el Señor con los que le temen como lo es un padre con sus hijos.

Pero tú, Señor, eres Dios clemente y compasivo, lento para la ira, y grande en amor y verdad.

Tú, Señor, eres bueno y perdonador; grande es tu amor por todos los que te invocan.

El que quiera amar la vida y gozar de días felices,

»¡Alabad al Señor, porque él es bueno, y su gran amor perdura para siempre!

Porque el Señor tu Dios es un Dios compasivo, que no te abandonará ni te destruirá, ni se olvidará del pacto que mediante juramento hizo con tus antepasados.

que eres lento para la ira y grande en amor y que, aunque perdonas la maldad y la rebeldía, jamás dejas impune al culpable, sino que castigas la maldad de los padres en sus hijos, nietos, bisnietos y tataranietos.

pasando delante de él, proclamó: ―El Señor, el Señor, Dios clemente y compasivo, lento para la ira y grande en amor y fidelidad,

Así que Dios tiene misericordia de quien él quiere tenerla, y endurece a quien él quiere endurecer.

Ahora bien, Josué les había dicho a los dos exploradores: «Id a casa de la prostituta, y traedla junto con sus parientes, tal como se lo jurasteis».

Por otra parte, libró al justo Lot, que se hallaba abrumado por la vida desenfrenada de esos perversos,

así que al amanecer los ángeles insistieron con Lot. Exclamaron: ―¡Apresúrate! Llévate a tu esposa y a tus dos hijas que están aquí, para que no perezcan cuando la ciudad sea castigada.

que mantiene su amor hasta mil generaciones después, y que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado; pero que no deja sin castigo al culpable, sino que castiga la maldad de los padres en los hijos y en los nietos, hasta la tercera y la cuarta generación.

Recuerda que fuiste esclavo en Egipto, y que el Señor tu Dios te sacó de allí con gran despliegue de fuerza y de poder. Por eso el Señor tu Dios te manda observar el sábado.

le responderás: “En Egipto nosotros éramos esclavos del faraón, pero el Señor nos sacó de allí con gran despliegue de fuerza.

Lo hizo porque te ama y quería cumplir su juramento a tus antepasados; por eso te rescató del poder del faraón, el rey de Egipto, y te sacó de la esclavitud con gran despliegue de fuerza.

Muchas son las calamidades de los malvados, pero el gran amor del Señor envuelve a los que en él confían.

Pero el Señor cuida de los que le temen, de los que esperan en su gran amor;

él los libra de la muerte, y en épocas de hambre los mantiene con vida.

Si no nos hubiéramos demorado tanto, ¡ya habríamos ido y vuelto dos veces!




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