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Referencias Cruzadas

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Génesis 15:2

Biblia Nueva Versión Internacional 2017

Pero Abram le respondió: ―Señor y Dios, ¿para qué vas a darme algo, si aún sigo sin tener hijos, y el heredero de mis bienes será Eliezer de Damasco?

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21 Referencias Cruzadas  

No le dio herencia alguna en ella, ni siquiera dónde plantar el pie, pero le prometió dársela en posesión a él y a su descendencia, aunque Abraham no tenía ni un solo hijo todavía.

Isaac oró al Señor en favor de su esposa, porque era estéril. El Señor oyó su oración, y ella quedó embarazada.

les concederé ver grabado su nombre dentro de mi templo y de mi ciudad; ¡eso les será mejor que tener hijos e hijas! También les daré un nombre eterno que jamás será borrado.

El siervo sabio gobernará al hijo sinvergüenza, y compartirá la herencia con los otros hermanos.

Los hijos son una herencia del Señor, los frutos del vientre son una recompensa.

Entonces hizo este voto: «Señor Todopoderoso, si te dignas mirar la desdicha de esta sierva tuya, y si en vez de olvidarme te acuerdas de mí y me concedes un hijo varón, yo te lo entregaré para toda su vida, y nunca se le cortará el cabello».

Más tarde, José ordenó al mayordomo de su casa: «Llena con todo el alimento que les quepa los costales de estos hombres, y pon en sus bolsas el dinero de cada uno de ellos.

Entonces se acercaron al mayordomo de la casa de José, y antes de entrar le dijeron:

Luego tomó diez camellos de su amo, y toda clase de regalos, y partió hacia la ciudad de Najor en Aram Najarayin.

La esperanza frustrada aflige al corazón; el deseo cumplido es un árbol de vida.

En esta casa no hay nadie más importante que yo. Mi patrón no me ha negado nada, excepto meterme contigo, que eres su esposa. ¿Cómo podría yo cometer tal maldad y pecar así contra Dios?

Un día, Abraham le dijo al criado más antiguo de su casa, que era quien le administraba todos sus bienes: ―Pon tu mano debajo de mi muslo,

Durante la noche, Abram y sus siervos desplegaron sus fuerzas y los derrotaron, persiguiéndolos hasta Hobá, que está al norte de Damasco.

Después de esto, la palabra del Señor vino a Abram en una visión: «No temas, Abram. Yo soy tu escudo, y muy grande será tu recompensa».

Como no me has dado ningún hijo, mi herencia la recibirá uno de mis criados.

Profecía contra Damasco: «¡Mirad Damasco! ¡Ya no será una ciudad! ¡Será convertida en un montón de escombros!

Mensaje acerca de Damasco: «Jamat y Arfad están desconcertadas, pues ya saben de la mala noticia. Naufragan en el mar de la angustia, y no pueden calmarse.

―Es una joven moabita que volvió de la tierra de Moab con Noemí —le contestó el capataz—.




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