Pero había otra águila grande, de gigantescas alas y abundante plumaje. Y la vid volvió sus raíces y orientó sus ramas hacia ella, para recibir más agua de la que ya tenía.
Adviértele que así dice el Señor: »Llegó al Líbano un águila enorme, de grandes alas, tupido plumaje y vivos colores. Se posó sobre la copa de un cedro,