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Referencias Cruzadas

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Génesis 12:2

Biblia Nueva Versión Internacional 2017

»Haré de ti una nación grande, y te bendeciré; haré famoso tu nombre, y serás una bendición.

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38 Referencias Cruzadas  

Yo he estado contigo por dondequiera que has ido, y he aniquilado a todos tus enemigos. Y ahora voy a hacerte tan famoso como los más grandes de la tierra.

Así sucedió, para que, por medio de Cristo Jesús, la bendición prometida a Abraham llegara a las naciones, y para que por la fe recibiéramos el Espíritu según la promesa.

Es un hecho que Abraham se convertirá en una nación grande y poderosa, y en él serán bendecidas todas las naciones de la tierra.

Luego Dios añadió: «Yo soy el Dios Todopoderoso. Sé fecundo y multiplícate. De ti nacerá una nación y una comunidad de naciones, y habrá reyes entre tus vástagos.

―Yo soy Dios, el Dios de tu padre —le dijo—. No tengas temor de ir a Egipto, porque allí haré de ti una gran nación.

Multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo, y le daré todas esas tierras. Por medio de tu descendencia, todas las naciones de la tierra serán bendecidas,

El Señor ha bendecido mucho a mi amo y lo ha prosperado. Le ha dado ovejas y ganado, oro y plata, siervos y siervas, camellos y asnos.

Por lo tanto, sabed que los descendientes de Abraham son aquellos que viven por la fe.

Sin embargo, los israelitas tuvieron muchos hijos, y hasta tal punto se multiplicaron que fueron haciéndose más y más poderosos. El país se fue llenando de ellos.

Multiplicaré tu descendencia como el polvo de la tierra. Si alguien puede contar el polvo de la tierra, también podrá contar tus descendientes.

Luego el Señor lo llevó afuera y le dijo: ―Mira hacia el cielo y cuenta las estrellas, a ver si puedes. ¡Así de numerosa será tu descendencia!

Entonces tú declararás ante el Señor tu Dios: “Mi padre fue un arameo errante, y descendió a Egipto con poca gente. Vivió allí hasta llegar a ser una gran nación, fuerte y numerosa.

Tú no te metas. Yo voy a descargar mi ira sobre ellos, y los voy a destruir. Pero de ti haré una gran nación».

Tu descendencia será tan numerosa como el polvo de la tierra. Te extenderás de norte a sur, y de oriente a occidente, y todas las familias de la tierra serán bendecidas por medio de ti y de tu descendencia.

Que te sirvan los pueblos; que ante ti se inclinen las naciones. Que seas señor de tus hermanos; que ante ti se inclinen los hijos de tu madre. Maldito sea el que te maldiga, y bendito el que te bendiga».

Así arrasó Dios las ciudades de la llanura, pero se acordó de Abraham y sacó a Lot de en medio de la catástrofe que destruyó las ciudades en que había habitado.

Es más, cuando todavía no estaba circuncidado, recibió la señal de la circuncisión como sello de la justicia que se le había tomado en cuenta por la fe. Por tanto, Abraham es padre de todos los que creen, aunque no hayan sido circuncidados, y a estos se les toma en cuenta su fe como justicia.

Voy a enviarles una plaga que los destruya, pero de ti haré un pueblo más grande y fuerte que ellos.

y los funcionarios de la corte han ido a felicitar a nuestro señor, el rey David. Hasta le desearon que su Dios hiciera el nombre de Salomón más famoso todavía que el de David, y que engrandeciera el trono de Salomón más que el suyo. Ante eso, el rey se inclinó en su cama

Muestra tu fidelidad a Jacob, y tu lealtad a Abraham, como desde tiempos antiguos se lo juraste a nuestros antepasados.

Yo lo he elegido para que instruya a sus hijos y a su familia, a fin de que se mantengan en el camino del Señor y pongan en práctica lo que es justo y recto. Así el Señor cumplirá lo que le ha prometido».

Abraham era ya viejo y muy entrado en años, y el Señor lo había bendecido en todo.

Después de la muerte de Abraham, Dios bendijo a Isaac, hijo de Abraham, quien se quedó a vivir cerca del pozo de Lajay Roí.

Vive en ese lugar por un tiempo. Yo estaré contigo y te bendeciré, porque a ti y a tu descendencia os daré todas esas tierras. Así confirmaré el juramento que le hice a tu padre Abraham.

Pero Dios le dijo a Balán: ―No irás con ellos, ni pronunciarás ninguna maldición sobre los israelitas, porque son un pueblo bendito.

Se me ha ordenado bendecir y, si eso es lo que Dios quiere, yo no puedo hacer otra cosa.

Dios los bendijo y se multiplicaron, y no dejó que menguaran sus rebaños.

Haré que ellas y los alrededores de mi colina sean una fuente de bendición. Haré caer lluvias de bendición en el tiempo oportuno.

Judá e Israel, ¡no temáis! Vosotros habéis sido entre las naciones objeto de maldición, pero yo os salvaré, y seréis una bendición. ¡Cobrad ánimo!”

En cuanto a Ismael, ya te he escuchado. Yo lo bendeciré, lo haré fecundo y le daré una descendencia numerosa. Él será el padre de doce príncipes. Haré de él una nación muy grande.

Hagas el mal o hagas el bien, los únicos afectados serán tus semejantes.

Mirad a Abraham, vuestro padre, y a Sara, que os dio a luz. Cuando yo lo llamé, él era solo uno, pero lo bendije y lo multipliqué.




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