así que Saúl le dijo: ―Cuéntame lo que has hecho. ―Es verdad que probé un poco de miel con la punta de mi vara —respondió Jonatán—. ¿Y por eso tengo que morir?
Pero aquella noche Dios se le apareció a Abimélec en sueños y le dijo: ―Puedes darte por muerto a causa de la mujer que has tomado, porque ella es casada.
A la mañana siguiente, Jacob se dio cuenta de que había estado con Lea, y le preguntó a Labán: ―¿Qué me has hecho? ¿Acaso no trabajé contigo para casarme con Raquel? ¿Por qué me has engañado?
vosotros, por vuestra parte, no haréis ningún pacto con la gente de esta tierra, sino que derribaréis sus altares”. ¡Pero me habéis desobedecido! ¿Por qué habéis actuado así?