Y doy la hierba verde como alimento a todas las fieras de la tierra, a todas las aves del cielo y a todos los seres vivientes que se arrastran por la tierra». Y así sucedió.
Haces que crezca la hierba para el ganado, y las plantas que la gente cultiva para sacar de la tierra su alimento:
Él alimenta a los ganados y a las crías de los cuervos cuando graznan.
Los montes le brindan sus frutos; allí juguetean todos los animales salvajes.
»Mira a Behemot, criatura mía igual que tú, que se alimenta de hierba, como los bueyes.
Todo lo que se mueve y tiene vida, al igual que las verduras, os servirá de alimento. Yo os doy todo esto.
Sus polluelos se regodean en la sangre; donde hay un cadáver, allí está el halcón».
Recorren los cerros en busca de pastos, en busca de verdes prados.
Crecen sus crías, y en el bosque se hacen fuertes; luego se van y ya no vuelven.
Recoge además toda clase de alimento, y almacénalo, para que a ti y a ellos os sirva de comida».