De hecho, aunque tuvierais miles de tutores en Cristo, padres sí que no tenéis muchos, porque mediante el evangelio yo fui el padre que os engendró en Cristo Jesús.
no sea que algunos macedonios vayan conmigo y os encuentren desprevenidos. En ese caso nosotros —por no decir nada de vosotros— nos avergonzaríamos por haber estado tan seguros.
Por la ternura y la bondad de Cristo, yo, Pablo, apelo a vosotros personalmente; yo mismo que, según dicen, soy tímido cuando me encuentro cara a cara con vosotros, pero atrevido cuando estoy lejos.