él no os hará caso. Entonces descargaré mi poder sobre Egipto; ¡con grandes actos de justicia sacaré de allí a los escuadrones de mi pueblo, los israelitas!
Ahora la mano del Señor está contra ti; vas a quedarte ciego y por algún tiempo no podrás ver la luz del sol». Al instante cayeron sobre él sombra y oscuridad, y comenzó a buscar a tientas a alguien que lo llevara de la mano.
y observadla. Si se va en dirección de Bet Semes, su propio territorio, eso quiere decir que el Señor es quien nos ha causado esta calamidad tan terrible. Pero, si la carreta se desvía para otro lugar, sabremos que no fue él quien nos hizo daño, sino que todo ha sido por casualidad».
«En todo esto anda la mano de Dios», admitieron los magos ante el faraón, pero este había endurecido su corazón, así que no les hizo caso, tal como el Señor lo había advertido.
―El Dios de los hebreos nos ha salido al encuentro —contestaron—. Así que debemos hacer un viaje de tres días, hasta el desierto, para ofrecer sacrificios al Señor nuestro Dios. De lo contrario, podría castigarnos con plagas o matarnos a filo de espada.
»Os mandé plagas como las de Egipto. Pasé por la espada a vuestros mejores jóvenes, junto con los caballos capturados. Hice que llegara hasta vuestras propias narices el hedor de los cadáveres. Con todo, no os volvisteis a mí —afirma el Señor—.