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Referencias Cruzadas

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Éxodo 3:9

Biblia Nueva Versión Internacional 2017

Han llegado a mis oídos los gritos desesperados de los israelitas, y he visto también cómo los oprimen los egipcios.

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22 Referencias Cruzadas  

Mucho tiempo después murió el rey de Egipto. Los israelitas, sin embargo, seguían lamentando su condición de esclavos y clamaban pidiendo ayuda. Sus gritos desesperados llegaron a oídos de Dios,

Pero el Señor siguió diciendo: ―Ciertamente he visto la opresión que sufre mi pueblo en Egipto. Los he escuchado quejarse de sus capataces, y conozco bien sus penurias.

Fue así como los egipcios pusieron capataces para que oprimieran a los israelitas. Les impusieron trabajos forzados, tales como los de edificar para el faraón las ciudades de almacenaje Pitón y Ramsés.

El faraón, por su parte, dio esta orden a todo su pueblo: ―¡Tirad al río a todos los niños hebreos que nazcan! A las niñas, dejadlas con vida.

Si en alguna provincia ves que se oprime al pobre, y que a la gente se le niega un juicio justo, no te asombres de tales cosas; porque a un alto oficial lo vigila otro más alto, y por encima de ellos hay otros altos oficiales.

Luego me fijé en tanta opresión que hay en esta vida. Vi llorar a los oprimidos, y no había quien los consolara; el poder estaba del lado de sus opresores, y no había quien los consolara.

Dice el Señor: «Voy ahora a levantarme, y pondré a salvo a los oprimidos, pues al pobre se le oprime, y el necesitado se queja».

Oíd esta palabra, vacas de Basán, que vivís en el monte de Samaria, que oprimís a los desvalidos y maltratáis a los necesitados, que decís a vuestros esposos: «¡Traednos de beber!»

»Estás embarazada, y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Ismael, porque el Señor ha escuchado tu aflicción.

Nosotros clamamos al Señor, el Dios de nuestros padres, y él escuchó nuestro ruego y vio la miseria, el trabajo y la opresión que nos habían impuesto.

«Mañana, a esta hora, te voy a enviar un hombre de la tierra de Benjamín. Lo ungirás como gobernante de mi pueblo Israel, para que lo libre del poder de los filisteos. Me he compadecido de mi pueblo, pues sus gritos de angustia han llegado hasta mí».

Entonces Joacaz clamó al Señor, y él lo escuchó, pues vio la gran opresión del rey de Siria sobre Israel.

Entonces él me dijo: “Fíjate bien, y te darás cuenta de que todos los chivos que cubren a las cabras son rayados, manchados o moteados. Yo he visto todo lo que te ha hecho Labán.

Pero llegó al poder en Egipto otro rey que no había conocido a José,

Fue así como Dios se fijó en los israelitas y los tuvo en cuenta.

«Regresa y dile a Ezequías, gobernante de mi pueblo, que así dice el Señor, Dios de su antepasado David: “He escuchado tu oración y he visto tus lágrimas. Voy a sanarte, y en tres días podrás subir al templo del Señor.

»En Egipto viste la aflicción de nuestros padres; junto al Mar Rojo escuchaste sus lamentos.

para que en las puertas de Jerusalén proclame tus alabanzas y me regocije en tu salvación.




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