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Referencias Cruzadas

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Éxodo 3:8

Biblia Nueva Versión Internacional 2017

Así que he descendido para librarlos del poder de los egipcios y sacarlos de ese país, para llevarlos a una tierra buena y espaciosa, tierra donde abundan la leche y la miel. Me refiero al país de los cananeos, hititas, amorreos, ferezeos, heveos y jebuseos.

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54 Referencias Cruzadas  

Tiempo después, José dijo a sus hermanos: «Yo estoy a punto de morir, pero sin duda Dios vendrá a ayudaros, y os llevará de este país a la tierra que prometió a Abraham, Isaac y Jacob».

Por eso me propongo sacaros de vuestra opresión en Egipto y llevaros al país de los cananeos, hititas, amorreos, ferezeos, heveos y jebuseos. ¡Es una tierra donde abundan la leche y la miel!’ ”

Tomaron consigo algunos de los frutos de la tierra, los trajeron y nos informaron de lo buena que es la tierra que nos da el Señor nuestro Dios.

y en este mismo mes deberéis celebrar esta ceremonia, cuando ya el Señor os haya hecho entrar en la tierra que prometió dar a vuestros antepasados. Se trata de la tierra de los cananeos, hititas, amorreos, heveos y jebuseos: ¡tierra donde abundan la leche y la miel!

Así cumpliré el juramento que les hice a vuestros antepasados, de darles una tierra donde abundan la leche y la miel, como la que hoy tenéis vosotros”». Yo respondí: «Amén, Señor».

Este fue el informe: ―Fuimos al país al que nos enviaste, ¡y por cierto que allí abundan la leche y la miel! Aquí podéis ver sus frutos.

Porque he bajado del cielo no para hacer mi voluntad, sino la del que me envió.

En aquel día, con la mano en alto les juré que los sacaría de Egipto y los llevaría a una tierra que yo mismo había explorado. Es una tierra donde abundan la leche y la miel, ¡la más hermosa de todas!

Él me invocará, y yo le responderé; estaré con él en momentos de angustia; lo libraré y lo llenaré de honores.

Probad y ved que el Señor es bueno; dichosos los que en él se refugian.

Ese mismo día, el Señor sacó de Egipto a los israelitas, escuadrón por escuadrón.

Le diste a Israel esta tierra, donde abundan la leche y la miel, tal como se lo habías jurado a sus antepasados.

Dice el Señor: «Voy ahora a levantarme, y pondré a salvo a los oprimidos, pues al pobre se le oprime, y el necesitado se queja».

y escribirás sobre ellas todas las palabras de esta ley. Esto lo harás después de cruzar el Jordán y de entrar en la tierra que el Señor tu Dios te da, tierra donde abundan la leche y la miel, tal como el Señor tu Dios se lo prometió a tus antepasados.

»El Señor tu Dios te hará entrar en la tierra que vas a poseer, y expulsará de tu presencia a siete naciones más grandes y fuertes que tú, que son los hititas, los gergeseos, los amorreos, los cananeos, los ferezeos, los heveos y los jebuseos.

Pero el Señor bajó para observar la ciudad y la torre que los hombres estaban construyendo,

Nadie ha subido jamás al cielo sino el que descendió del cielo, el Hijo del hombre.

¡Ojalá rasgaras los cielos y descendieras! ¡Las montañas temblarían ante ti,

Por lo que a ti corresponde, cumple con lo que hoy te mando. Echaré de tu presencia a los amorreos, cananeos, hititas, ferezeos, heveos y jebuseos.

Por eso bajaré, a ver si realmente sus acciones son tan malas como el clamor contra ellas me lo indica; y, si no, he de saberlo.

Pero yo castigaré a la nación que los esclavizará, y luego tus descendientes saldrán en libertad y con grandes riquezas.

Descubriste en él un corazón fiel; por eso hiciste con él un pacto. Le prometiste que a sus descendientes les darías la tierra de los cananeos, de los hititas, amorreos y ferezeos, de los jebuseos y gergeseos. Y cumpliste tu palabra porque eres justo.

»El Señor te concederá abundancia de bienes: multiplicará tus hijos, tu ganado y tus cosechas en la tierra que a tus antepasados juró que te daría.

Será mejor que bajemos a confundir su idioma, para que ya no se entiendan entre ellos».

Yo os traje a una tierra fértil, para que comierais de sus frutos y de su abundancia. Pero vinisteis y contaminasteis mi tierra; hicisteis de mi heredad algo abominable.

Había reyes que vivían en el lado occidental del Jordán, en la montaña, en la llanura y a lo largo de la costa del Mediterráneo, hasta el Líbano: hititas, amorreos, cananeos, ferezeos, heveos y jebuseos. Cuando estos monarcas se enteraron de lo sucedido,

Poneos en marcha y dirigíos a la región montañosa de los amorreos y a todas las zonas vecinas: el Arabá, las montañas, las llanuras occidentales, el Néguev y la costa, hasta la tierra de los cananeos, el Líbano y el gran río, el Éufrates.

Averiguad si la tierra en que viven es buena o mala, y si sus ciudades son abiertas o amuralladas.

El Señor le dijo: ―Debes saber que tus descendientes vivirán como extranjeros en tierra extraña, donde serán esclavizados y maltratados durante cuatrocientos años.

Yo te acompañaré a Egipto, y yo mismo haré que vuelvas. Además, cuando mueras, será José quien te cierre los ojos.

Desde que me presenté ante el faraón y le hablé en tu nombre, no ha hecho más que maltratar a este pueblo, que es tu pueblo. ¡Y tú no has hecho nada para librarlo!

Precisamente el día en que se cumplían los cuatrocientos treinta años, todos los escuadrones del Señor salieron de Egipto.

Escucha, Israel, y esfuérzate en obedecer. Así te irá bien y serás un pueblo muy numeroso en la tierra donde abundan la leche y la miel, tal como te prometió el Señor y Dios de tus padres.

»Yo mismo os hice subir desde Egipto, y os conduje cuarenta años por el desierto, a fin de conquistar para vosotros la tierra de los amorreos.

Entonces Israel, su padre, les dijo: ―Ya que no hay más remedio, haced lo siguiente: Echad en vuestros costales los mejores productos de esta región, y llevádselos de regalo a ese hombre: un poco de bálsamo, un poco de miel, perfumes, mirra, nueces, almendras.

Pero a vosotros os digo: “Poseeréis la tierra que perteneció a esas naciones, tierra donde abundan la leche y la miel. Yo mismo os la daré a vosotros como herencia”. »Yo soy el Señor vuestro Dios, que os he distinguido entre las demás naciones.

Explorad el país, y fijaos cómo son sus habitantes, si son fuertes o débiles, muchos o pocos.

El Señor les había prometido a sus antepasados que les daría una tierra donde abundan la leche y la miel. Pero los israelitas que salieron de Egipto no obedecieron al Señor, y por ello él juró que no verían esa tierra. En consecuencia, deambularon por el desierto durante cuarenta años, hasta que murieron todos los varones en edad militar.

Los israelitas replicaron: ―Tal vez sois de por aquí y, en ese caso, no podemos hacer ningún trato con vosotros.

los heveos, los araceos, los sineos,

Las palabras del Señor son puras, son como la plata refinada, siete veces purificada en el crisol.

hasta que yo venga y os lleve a un país como el vuestro, país de grano y de mosto, de pan y de viñedos”.




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