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Referencias Cruzadas

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Éxodo 3:12

Biblia Nueva Versión Internacional 2017

―Yo estaré contigo —le respondió Dios—. Y te voy a dar una señal de que soy yo quien te envía: Cuando hayas sacado de Egipto a mi pueblo, todos vosotros me rendiréis culto en esta montaña.

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43 Referencias Cruzadas  

Durante todos los días de tu vida, nadie será capaz de enfrentarse a ti. Así como estuve con Moisés, también estaré contigo; no te dejaré ni te abandonaré.

¿Qué diremos frente a esto? Si Dios está de nuestra parte, ¿quién puede estar en contra nuestra?

Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa.

Y el Señor le dio a Josué hijo de Nun esta orden: «Esfuérzate y sé valiente, porque tú conducirás a los israelitas al territorio que juré darles, y yo mismo estaré contigo».

Entonces el Señor le dijo a Jacob: «Vuélvete a la tierra de tus padres, donde están tus parientes, que yo estaré contigo».

Tú hablarás con él y le pondrás las palabras en la boca; yo os ayudaré a hablar, a ti y a él, y os enseñaré lo que tenéis que hacer.

Anda, ponte en marcha, que yo te ayudaré a hablar y te diré lo que debas decir.

enseñándoles a obedecer todo lo que os he mandado. Y os aseguro que estaré con vosotros siempre, hasta el fin del mundo.

Cuando cruces las aguas, yo estaré contigo; cuando cruces los ríos, no te cubrirán sus aguas; cuando camines por el fuego, no te quemarás ni te abrasarán las llamas.

El poder del Señor estaba con ellos, y un gran número creyó y se convirtió al Señor.

Los discípulos salieron y predicaron por todas partes, y el Señor los ayudaba en la obra y confirmaba su palabra con las señales que la acompañaban.

Manteneos libres del amor al dinero, y contentaos con lo que tenéis, porque Dios ha dicho: «Nunca te dejaré; jamás te abandonaré».

Por eso, el Señor mismo os dará una señal: La virgen concebirá y dará a luz un hijo, y lo llamará Emanuel.

Dame una muestra de tu amor, para que mis enemigos la vean y se avergüencen, porque tú, Señor, me has brindado ayuda y consuelo.

»”Esta será la señal para ti, Ezequías: »”Este año comeréis lo que crezca por sí solo, y el segundo año lo que de allí brote. Pero al tercer año sembraréis y cosecharéis, plantaréis viñas y comeréis su fruto.

y escucha lo que dicen. Después de eso cobrarás valor para atacar el campamento». Así que él y Furá, su criado, bajaron hasta los puestos de los centinelas, en las afueras del campamento.

Entonces, con la punta del bastón que llevaba en la mano, el ángel del Señor tocó la carne y el pan sin levadura, ¡y de la roca salió fuego, que consumió la carne y el pan! Luego el ángel del Señor desapareció de su vista.

―Si me he ganado tu favor, dame una señal de que en realidad eres tú quien habla conmigo —respondió Gedeón—.

Después de esto, la palabra del Señor vino a Abram en una visión: «No temas, Abram. Yo soy tu escudo, y muy grande será tu recompensa».

Pero Abram le preguntó: ―Señor y Dios, ¿cómo sabré que voy a poseerla?

Pero, sea cual sea la nación que los esclavice, yo la castigaré, y después tus descendientes saldrán de esa tierra y me adorarán en este lugar”.

Un día en que Moisés estaba cuidando el rebaño de Jetro, su suegro, que era sacerdote de Madián, llevó las ovejas hasta el otro extremo del desierto y llegó a Horeb, la montaña de Dios.

Pero Moisés insistió: ―Supongamos que me presento ante los israelitas y les digo: “El Dios de vuestros antepasados me ha enviado a vosotros”. ¿Qué les respondo si me preguntan: “¿Y cómo se llama?”?

Jetro fue al desierto para ver a Moisés, que estaba acampando junto a la montaña de Dios. Lo acompañaban la esposa y los hijos de Moisés.

―Yo mismo iré contigo y te daré descanso —respondió el Señor.

Moisés siguió diciendo: ―Ahora vais a saber si el Señor me ha enviado a hacer todas estas cosas, o si estoy actuando por mi cuenta.

»Dios no se ha fijado en la maldad de Jacob ni ha reparado en la violencia de Israel. El Señor su Dios está con ellos; y entre ellos se le aclama como rey.

El Señor respondió: ―Tú derrotarás a los madianitas como si fueran un solo hombre, porque yo estaré contigo.

»”Esta será la señal para ti, Ezequías: »”Este año comeréis lo que crezca por sí solo, y el segundo año lo que de allí brote. Pero al tercer año sembraréis y cosecharéis, plantaréis viñas y comeréis su fruto.

No temas a nadie, que yo estoy contigo para librarte». Lo afirma el Señor.

Vive en ese lugar por un tiempo. Yo estaré contigo y te bendeciré, porque a ti y a tu descendencia os daré todas esas tierras. Así confirmaré el juramento que le hice a tu padre Abraham.

Tenemos que hacer un viaje de tres días, hasta el desierto, para ofrecerle sacrificios al Señor nuestro Dios, pues así nos lo ha ordenado.

Cuando el ángel del Señor se le apareció a Gedeón, le dijo: ―¡El Señor está contigo, guerrero valiente!

Pero, si nos dicen: “¡Venid acá!”, avanzaremos, pues será señal de que el Señor nos va a dar la victoria.

En el pasado, Finés hijo de Eleazar fue su jefe, y el Señor estuvo con él.




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