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Referencias Cruzadas

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Éxodo 15:2

Biblia Nueva Versión Internacional 2017

El Señor es mi fuerza y mi cántico; él es mi salvación. Él es mi Dios, y lo alabaré; es el Dios de mi padre, y lo enalteceré.

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64 Referencias Cruzadas  

¡Dios es mi salvación! Confiaré en él y no temeré. El Señor es mi fuerza, el Señor es mi canción; ¡él es mi salvación!»

El Señor es mi fuerza y mi canto; ¡él es mi salvación!

¡El Señor vive! ¡Alabada sea mi roca! ¡Exaltado sea Dios mi Salvador!

A ti, fortaleza mía, te cantaré salmos, pues tú, oh Dios, eres mi protector. ¡Tú eres el Dios que me ama!

Señor, tú eres mi Dios; te exaltaré y alabaré tu nombre porque has hecho maravillas. Desde tiempos antiguos tus planes son fieles y seguros.

Señor Soberano, mi Salvador poderoso que me protege en el día de la batalla:

Exaltad al Señor nuestro Dios; adoradlo en su santo monte: ¡Santo es el Señor nuestro Dios!

y cantaban el himno de Moisés, siervo de Dios, y el himno del Cordero: «Grandes y maravillosas son tus obras, Señor Dios Todopoderoso. Justos y verdaderos son tus caminos, Rey de las naciones.

y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.

Tú eres mi Dios, por eso te doy gracias; tú eres mi Dios, por eso te exalto.

Exaltad al Señor nuestro Dios; adoradlo ante el estrado de sus pies: ¡él es santo!

Engrandeced al Señor conmigo; exaltemos a una su nombre.

Él es el motivo de tu alabanza; él es tu Dios, el que hizo en tu favor las grandes y maravillosas hazañas que tú mismo presenciaste.

Yo soy el Dios de tu padre. Soy el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob. Al oír esto, Moisés se cubrió el rostro, pues tuvo miedo de mirar a Dios.

esto es, que, en Cristo, Dios estaba reconciliando al mundo consigo mismo, no tomándole en cuenta sus pecados y encargándonos a nosotros el mensaje de la reconciliación.

De hecho, en ningún otro hay salvación, porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres mediante el cual podamos ser salvos».

Te exaltaré, mi Dios y Rey; por siempre bendeciré tu nombre.

¡El Señor vive! ¡Alabada sea mi roca! ¡Exaltado sea Dios mi Salvador!

―No tengáis miedo —les respondió Moisés—. Mantened vuestras posiciones, que hoy mismo seréis testigos de la salvación que el Señor realizará en vuestro favor. A esos egipcios que hoy veis, ¡jamás volveréis a verlos!

Entonces tú le dirás de mi parte al faraón: “Israel es mi primogénito.

En él también vosotros sois edificados juntamente para ser morada de Dios por su Espíritu.

«No es gran cosa que seas mi siervo, ni que restaures a las tribus de Jacob, ni que hagas volver a los de Israel, a quienes he preservado. Yo te pongo ahora como luz para las naciones, a fin de que lleves mi salvación hasta los confines de la tierra».

Oh Dios, alabanza mía, no guardes silencio.

El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré? El Señor es el baluarte de mi vida; ¿quién podrá amedrentarme?

En ese instante, la nube cubrió la Tienda de reunión, y la gloria del Señor llenó el santuario.

Después de esto oí en el cielo un tremendo bullicio, como el de una inmensa multitud que exclamaba: «¡Aleluya! La salvación, la gloria y el poder son de nuestro Dios,

Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.

para que todos honren al Hijo como lo honran a él. El que se niega a honrar al Hijo no honra al Padre que lo envió.

Vosotros adoráis lo que no conocéis; nosotros adoramos lo que conocemos, porque la salvación proviene de los judíos.

Porque han visto mis ojos tu salvación,

Darás a conocer a su pueblo la salvación mediante el perdón de sus pecados,

Pero a esa parte restante la pasaré por el fuego; la refinaré como se refina la plata, la probaré como se prueba el oro. Entonces ellos me invocarán y yo les responderé. Yo diré: “Ellos son mi pueblo”, y ellos dirán: “El Señor es nuestro Dios”.

Ellos serán mi pueblo, y yo seré su Dios.

»Este es el pacto que después de aquel tiempo haré con el pueblo de Israel —afirma el Señor—: Pondré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón. Yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.

Ciertamente son un engaño las colinas, y una mentira el estruendo sobre las montañas. Ciertamente en el Señor nuestro Dios está la salvación de Israel.

Así dice el Señor: «El cielo es mi trono, y la tierra, el estrado de mis pies. ¿Qué casa me podéis construir? ¿Qué morada me podéis ofrecer?

Pero Israel será salvado por el Señor con salvación eterna; y nunca más volverá a ser avergonzado ni humillado.

antes de hallar un lugar para el Señor, una morada para el Poderoso de Jacob».

Nuestro Dios es un Dios que salva; el Señor Soberano nos libra de la muerte.

Te exaltaré, Señor, porque me levantaste, porque no dejaste que mis enemigos se burlaran de mí.

El Señor es la fortaleza de su pueblo, y un baluarte de salvación para su ungido.

Fui puesto a tu cuidado desde antes de nacer; desde el vientre de mi madre mi Dios eres tú.

Pero tú eres santo, tú eres rey, ¡tú eres la alabanza de Israel!

»Pero ¿será posible, Dios mío, que tú habites en la tierra? Si los cielos, por altos que sean, no pueden contenerte, ¡mucho menos este templo que he construido!

y yo te he construido un excelso templo, un lugar donde habites para siempre».

»El Señor da grandes victorias a su rey; a su ungido David y a sus descendientes les muestra por siempre su gran amor».

«Ve y dile a mi siervo David que así dice el Señor: “¿Serás tú acaso quien me construya una casa para que yo la habite?

Estableceré mi pacto contigo y con tu descendencia, como pacto perpetuo, por todas las generaciones. Yo seré tu Dios, y el Dios de tus descendientes.

Toda la plenitud de la divinidad habita en forma corporal en Cristo;

»¡Señor, espero tu salvación!

El torrente Quisón los arrastró; el torrente antiguo, el torrente Quisón. ¡Marcha, alma mía, con vigor!

¡Este Dios es nuestro Dios eterno! ¡Él nos guiará para siempre!

Saliste a liberar a tu pueblo, saliste a salvar a tu ungido. Aplastaste al rey de la perversa dinastía, ¡lo desnudaste de pies a cabeza! Selah

Haré de vosotros mi pueblo; y yo seré vuestro Dios. Así sabrán que yo soy el Señor vuestro Dios, que os libró de la opresión de los egipcios.

Estableciste a Israel para que fuera tu pueblo para siempre, y para que tú, Señor, fueras su Dios.

es mi Dios, el peñasco en que me refugio. Es mi escudo, el poder que me salva, ¡mi más alto escondite! Él es mi protector y mi salvador. ¡Tú me salvaste de la violencia!

el Señor es nuestro Dios, sus juicios rigen en toda la tierra.

¡Te daré gracias porque me respondiste, porque eres mi salvación!




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