Este rey usó de artimañas con nuestro pueblo y oprimió a nuestros antepasados, obligándolos a dejar abandonados a sus hijos recién nacidos para que murieran.
Pero el Señor siguió diciendo: ―Ciertamente he visto la opresión que sufre mi pueblo en Egipto. Los he escuchado quejarse de sus capataces, y conozco bien sus penurias.
Y tú, anda y reúne a los ancianos de Israel, y diles: “El Señor y Dios de vuestros antepasados, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, se me apareció y me dijo: ‘Yo he estado pendiente de vosotros. He visto cómo os han maltratado en Egipto.