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Referencias Cruzadas

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Éxodo 1:17

Biblia Nueva Versión Internacional 2017

Sin embargo, las parteras temían a Dios, así que no siguieron las órdenes del rey de Egipto, sino que dejaron con vida a los varones.

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22 Referencias Cruzadas  

―¡Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres! —respondieron Pedro y los demás apóstoles—.

y, por haberse mostrado temerosas de Dios, les concedió tener muchos hijos.

Os voy a enseñar más bien a quién debéis temer: temed al que, después de dar muerte, tiene poder para echaros al infierno. Sí, a ese temed.

No temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. Temed más bien al que puede destruir alma y cuerpo en el infierno.

El fin de este asunto es que ya se ha escuchado todo. Teme, pues, a Dios y cumple sus mandamientos, porque esto es el todo del hombre.

Ellos respondieron: —¡Pues Daniel, que es uno de los exiliados de Judá, no tiene en cuenta al rey ni el decreto que ha promulgado! ¡Todavía sigue orando a su Dios tres veces al día!

Con amor y verdad se perdona el pecado, y con temor del Señor se evita el mal.

El pecador puede hacer lo malo cien veces, y vivir muchos años; pero sé también que le irá mejor a quien teme a Dios y le guarda reverencia.

Cuán grande es tu bondad, que atesoras para los que te temen, y que a la vista de la gente derramas sobre los que en ti se refugian.

Al tercer día les dijo: ―Yo soy un hombre temeroso de Dios. Haced lo siguiente y salvaréis vuestra vida.

Efraín está deprimido, aplastado por el juicio, empeñado en seguir a los ídolos.

Quien teme al Señor aborrece lo malo; yo aborrezco el orgullo y la arrogancia, la mala conducta y el lenguaje perverso.

En cambio, los gobernadores que me precedieron habían impuesto cargas sobre el pueblo, y cada día les habían exigido comida y vino por un valor de cuarenta monedas de plata. También sus criados oprimían al pueblo. En cambio yo, por temor a Dios, no hice eso.

Tú sigues fielmente los decretos de Omrí y todas las prácticas de la dinastía de Acab; te conduces según sus consejos. Por eso voy a entregarte a la destrucción, y a poner en ridículo a tus habitantes. ¡Tendrás que soportar el insulto de los pueblos!»

Abraham contestó: ―Yo pensé que en este lugar no había temor de Dios, y que por causa de mi esposa me matarían.

Entonces el rey de Egipto mandó llamar a las parteras, y les preguntó: ―¿Por qué habéis hecho esto? ¿Por qué habéis dejado con vida a los varones?

De inmediato el rey ordenó a los guardias que lo acompañaban: ―¡Matad a los sacerdotes del Señor, que ellos también se han puesto de parte de David! Sabían que estaba huyendo, y sin embargo no me lo dijeron. Pero los oficiales del rey no se atrevieron a levantar la mano en contra de los sacerdotes del Señor.

Sin embargo, la orden del rey prevaleció sobre la opinión de Joab y de los capitanes del ejército, de modo que salieron de su audiencia con el rey para llevar a cabo el censo militar de Israel.

Entonces los servidores de palacio asignados a la puerta del rey le preguntaron a Mardoqueo: «¿Por qué desobedeces la orden del rey?»




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