En la ciudadela de Susa mataron y aniquilaron a quinientos hombres.
Los mensajeros partieron de inmediato por orden del rey, y a la vez se publicó el edicto en la ciudadela de Susa. Luego el rey y Amán se sentaron a beber, mientras que en la ciudad de Susa reinaba la confusión.
Los judíos mataron a filo de espada a todos sus enemigos. Los mataron y los aniquilaron, e hicieron lo que quisieron con quienes los odiaban.
También mataron a Parsandata, Dalfón, Aspata,
No importa cuántos hijos tengan, la espada los aguarda; jamás sus pequeños comerán hasta saciarse.