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Referencias Cruzadas

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Ester 4:16

Biblia Nueva Versión Internacional 2017

«Ve y reúne a todos los judíos que están en Susa, para que ayunen por mí. Durante tres días no comáis ni bebáis, ni de día ni de noche. Yo, por mi parte, ayunaré con mis doncellas al igual que vosotros. Cuando cumpla con esto, me presentaré ante el rey, por más que vaya en contra de la ley. ¡Y, si perezco, que perezca!»

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29 Referencias Cruzadas  

Sin embargo, considero que mi vida carece de valor para mí mismo, con tal de que termine mi carrera y lleve a cabo el servicio que me ha encomendado el Señor Jesús, que es el de dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios.

Atemorizado, Josafat decidió consultar al Señor y proclamó un ayuno en todo Judá.

Porque el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa la salvará.

Yo lo he elegido para que instruya a sus hijos y a su familia, a fin de que se mantengan en el camino del Señor y pongan en práctica lo que es justo y recto. Así el Señor cumplirá lo que le ha prometido».

Pero, si os parece mal servir al Señor, elegid vosotros mismos a quiénes vais a servir: a los dioses que sirvieron vuestros antepasados al otro lado del río Éufrates, o a los dioses de los amorreos, en cuya tierra ahora habitáis. Por mi parte, mi familia y yo serviremos al Señor».

¡Ánimo! ¡Luchemos con valor por nuestro pueblo y por las ciudades de nuestro Dios! Y que el Señor haga lo que bien le parezca».

¡Que el Dios Todopoderoso permita que ese hombre os tenga compasión y deje libre a vuestro otro hermano, y además volváis con Benjamín! En cuanto a mí, si he de perder a mis hijos, ¡qué le voy a hacer! ¡Los perderé!

En aquel día el Señor, el Señor Todopoderoso, los llamó a llorar y a lamentarse, a raparse la cabeza y a hacer duelo.

Al tercer día, Ester se puso sus vestiduras reales y entró en el patio interior del palacio, frente a la sala del rey. El rey estaba sentado allí en su trono real, frente a la puerta de entrada.

porque estuvo a punto de morir por la obra de Cristo, arriesgando la vida para suplir el servicio que vosotros no podíais prestarme.

Por salvarme la vida, ellos arriesgaron la suya. Tanto yo como todas las iglesias de los gentiles les estamos agradecidos.

Estaba a punto de amanecer cuando Pablo animó a todos a tomar alimento: «Hoy hace ya catorce días que estáis con la vida en un hilo, y seguís sin probar bocado.

―¿Por qué lloráis? ¡Me partís el alma! —respondió Pablo—. Por el nombre del Señor Jesús estoy dispuesto no solo a ser atado, sino también a morir en Jerusalén.

Después de que se fuera el ángel que le había hablado, Cornelio llamó a dos de sus siervos y a un soldado devoto de los que le servían regularmente.

Estuvo ciego tres días, sin comer ni beber nada.

Porque así como tres días y tres noches estuvo Jonás en el vientre de un gran pez, también tres días y tres noches estará el Hijo del hombre en las entrañas de la tierra.

Para matar al filisteo arriesgó su propia vida, y el Señor le dio una gran victoria a todo Israel. Tú mismo lo viste y te alegraste. ¿Por qué has de pecar contra un inocente y matar a David sin motivo?

―Lo que he escrito, escrito queda —contestó Pilato.

En cada provincia adonde llegaban el edicto y la orden del rey, había gran duelo entre los judíos, con ayuno, llanto y lamentos. Muchos de ellos, vestidos de luto, se tendían sobre la ceniza.

Ester le envió a Mardoqueo esta respuesta:

Entonces Mardoqueo fue y cumplió con todas las instrucciones de Ester.

En el mes noveno del año quinto de Joacim hijo de Josías, rey de Judá, todo el pueblo de Jerusalén y todos los que habían venido de las otras ciudades de Judá fueron convocados a ayunar en honor del Señor.

Al mismo tiempo, les pidió que imploraran la misericordia del Dios del cielo en cuanto a ese sueño misterioso para que ni él ni sus amigos fueran ejecutados con el resto de los sabios babilonios.

No ganamos nada con entrar en la ciudad. Allí nos moriremos de hambre con todos los demás, pero, si nos quedamos aquí, nos sucederá lo mismo. Vayamos, pues, al campamento de los sirios, para rendirnos. Si nos perdonan la vida, viviremos; y, si nos matan, de todos modos moriremos.

Luego, estando cerca del río Ahava, proclamé un ayuno para que nos humilláramos ante nuestro Dios y le pidiéramos que nos acompañara durante el camino, a nosotros, a nuestros hijos y nuestras posesiones.

para establecer los días de Purim en las fechas fijadas, como lo habían decretado para ellos Mardoqueo el judío y la reina Ester, y como lo habían establecido para sí mismos y para sus descendientes, con algunas cláusulas sobre ayunos y lamentos.




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