Biblia Todo Logo
Referencias Cruzadas

- Anuncios -




Esdras 1:1

Biblia Nueva Versión Internacional 2017

En el primer año del reinado de Ciro, rey de Persia, el Señor dispuso el corazón del rey para que este promulgara un decreto en todo su reino y así se cumpliera la palabra del Señor por medio del profeta Jeremías. Tanto oralmente como por escrito, el rey decretó lo siguiente:

Ver Capítulo Copiar

23 Referencias Cruzadas  

Así dice el Señor: «Cuando a Babilonia se le hayan cumplido los setenta años, yo os visitaré; y haré honor a mi promesa en vuestro favor, y os haré volver a este lugar.

En las manos del Señor el corazón del rey es como un río: sigue el curso que el Señor le ha trazado.

«Bendito sea el Señor, Dios de nuestros antepasados, que puso en el corazón del rey el propósito de honrar el templo del Señor en Jerusalén.

Hizo que todos sus opresores también se apiadaran de ellos.

Durante siete días celebraron con mucho gozo la fiesta de los Panes sin levadura, porque el Señor les había devuelto la alegría y había hecho que el rey de Persia los ayudara y permitiera reconstruir el templo del Dios de Israel.

En el segundo año de su reinado, Nabucodonosor tuvo varios sueños que lo perturbaron y no le dejaban dormir.

―Yo soy la voz del que grita en el desierto: “Enderezad el camino del Señor” —respondió Juan, con las palabras del profeta Isaías.

Entonces los jefes de familia de Benjamín y de Judá, junto con los sacerdotes y levitas, es decir, con todos aquellos en cuyo corazón Dios puso el deseo de construir el templo, se dispusieron a ir a Jerusalén.

Pero Zorobabel, Jesúa y los jefes de las familias de Israel les respondieron: ―No podemos permitir que os unáis a nosotros en la reconstrucción del templo de nuestro Dios. Nosotros solos nos encargaremos de reedificar el templo para el Señor, Dios de Israel, tal como lo decretó Ciro, rey de Persia.

En el primer año de su reinado, el rey Ciro promulgó el siguiente edicto respecto al templo de Dios en Jerusalén: Que se echen los cimientos y se reconstruya el templo, para que en él se ofrezcan holocaustos. Tendrá veintisiete metros tanto de alto como de ancho,

Así los dirigentes judíos pudieron continuar y terminar la obra de reconstrucción, conforme a la palabra de los profetas Hageo y Zacarías hijo de Idó. Terminaron, pues, la obra de reconstrucción, según el mandato del Dios de Israel y por decreto de Ciro, Darío y Artajerjes, reyes de Persia.

Yo afirmo que Ciro es mi pastor, y dará cumplimiento a mis deseos; dispondrá que Jerusalén sea reconstruida, y que se repongan los cimientos del templo”».

Estas son las palabras de Jeremías hijo de Jilquías. Jeremías provenía de una familia sacerdotal de Anatot, ciudad del territorio de Benjamín.

Con ellos están Persia, Etiopía y Fut, todos ellos armados con escudos y yelmos.

Más tarde el rey Darío firmó este decreto: «A todos los pueblos, naciones y lenguas de este mundo: »¡Paz y prosperidad para todos!

Así dice el Señor a Ciro, su ungido, a quien tomó de la mano derecha para someter a su dominio las naciones y despojar de su armadura a los reyes, para abrir a su paso las puertas y dejar abiertas las entradas:

Fue así como Daniel se quedó en Babilonia hasta el primer año del rey Ciro.




Síguenos en:

Anuncios


Anuncios