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Referencias Cruzadas

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Daniel 4:27

Biblia Nueva Versión Internacional 2017

Por lo tanto, oh rey, yo te ruego que aceptes el consejo que te voy a dar: Renuncia a tus pecados y actúa con justicia; renuncia a tu maldad y sé bondadoso con los oprimidos. Tal vez entonces tu prosperidad vuelva a ser la de antes».

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44 Referencias Cruzadas  

¡Quién sabe! Tal vez Dios cambie de parecer, y aplaque el ardor de su ira, y no perezcamos».

Por eso, arrepiéntete de tu maldad y ruega al Señor. Tal vez te perdone el haber tenido esa mala intención.

Dad más bien a los pobres de lo que está dentro, y así tendréis todo limpio.

El que robaba, que no robe más, sino que trabaje honradamente con las manos para tener qué compartir con los necesitados.

Os hablo así, hermanos, porque habéis sido llamados a ser libres; pero no os valgáis de esa libertad para dar rienda suelta a vuestras pasiones. Más bien servíos unos a otros con amor.

Con amor y verdad se perdona el pecado, y con temor del Señor se evita el mal.

Sobre todo, amaos los unos a los otros profundamente, porque el amor cubre multitud de pecados.

Producid frutos que demuestren arrepentimiento.

No oprime a nadie, ni roba, sino que devuelve la prenda al deudor, da de comer al hambriento y viste al desnudo.

Quien encubre su pecado jamás prospera; quien lo confiesa y lo deja halla perdón.

«¿Has notado cómo Acab se ha humillado ante mí? Por cuanto se ha humillado, no enviaré esta desgracia mientras él viva, sino que la enviaré a su familia durante el reinado de su hijo».

Al contrario, comenzando con los que estaban en Damasco, siguiendo con los que estaban en Jerusalén y en toda Judea, y luego con los gentiles, a todos les prediqué que se arrepintieran y se convirtieran a Dios, y que demostraran su arrepentimiento con sus buenas obras.

Hablaré de tus estatutos a los reyes y no seré avergonzado,

En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad,

En Cristo Jesús de nada vale estar o no estar circuncidados; lo que vale es la fe que actúa mediante el amor.

Por tanto, como sabemos lo que es temer al Señor, tratamos de persuadir a todos, aunque para Dios es evidente lo que somos, y espero que también lo sea para vuestra conciencia.

Al disertar Pablo sobre la justicia, el dominio propio y el juicio venidero, Félix tuvo miedo y le dijo: «¡Basta por ahora! Puedes retirarte. Cuando sea oportuno te mandaré llamar otra vez».

Tal vez Dios reconsidere y cambie de parecer, y deje tras de sí una bendición. Las ofrendas de cereales y las libaciones son del Señor vuestro Dios.

Devuélveselo antes de la puesta del sol, para que se cubra con él durante la noche. Así estará él agradecido contigo, y tú habrás actuado con justicia a los ojos del Señor tu Dios.

Además, buscad el bienestar de la ciudad adonde os he deportado, y pedid al Señor por ella, porque vuestro bienestar depende del bienestar de la ciudad».

Jeremías le contestó: ―Obedece la voz del Señor que yo te estoy comunicando, y no caerás en manos de los babilonios. Así te irá bien, y salvarás tu vida.

Luego dijeron: «Construyamos una ciudad con una torre que llegue hasta el cielo. De ese modo nos haremos famosos y evitaremos ser dispersados por toda la tierra».

No se te ocurra pensar: “Esta riqueza es fruto de mi poder y de la fuerza de mis manos”.

Pero temí las provocaciones del enemigo; temí que el adversario no entendiera y llegara a pensar: ‘Hemos triunfado; nada de esto lo ha hecho el Señor’ ”.

Con el orgullo viene el oprobio; con la humildad, la sabiduría.

Porque afirma: «Esto lo hizo el poder de mi mano; lo hizo mi sabiduría, porque soy inteligente. He cambiado las fronteras de los pueblos, he saqueado sus tesoros; como un guerrero poderoso he derribado a sus reyes.

»Ahora escucha esto, voluptuosa; tú, que moras confiada y te dices a ti misma: “Yo soy, y no hay otra fuera de mí. Nunca enviudaré ni me quedaré sin hijos”.

Tú has confiado en tu maldad, y has dicho: “Nadie me ve”. Tu sabiduría y tu conocimiento te engañan cuando a ti misma te dices: “Yo soy, y no hay otra fuera de mí”.

Adviértele que así dice el Señor omnipotente: »“A ti, Faraón, rey de Egipto, gran monstruo que yaces en el cauce de tus ríos, que dices: ‘El Nilo es mío, el Nilo es mi creación’, ¡te declaro que estoy en tu contra!

La tierra de Egipto se convertirá en desolación. Entonces sabrán que yo soy el Señor. Tú dijiste: ‘El Nilo es mío, el Nilo es mi creación’.

Vosotros os regocijáis por la conquista de Lo Debar y agregáis: «¿No fue con nuestras propias fuerzas como nos apoderamos de Carnayin?»

Son un viento que a su paso arrasa todo; su pecado es hacer de su fuerza un dios».

Esta es la ciudad alegre que habitaba segura, la que se decía a sí misma: «Yo y nadie más». ¡Cómo ha quedado convertida en espanto, en guarida de fieras! Todo el que pasa junto a ella se mofa y le hace gestos con las manos.




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