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Referencias Cruzadas

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Daniel 3:1

Biblia Nueva Versión Internacional 2017

El rey Nabucodonosor mandó hacer una estatua de oro, de veintisiete metros de alto por dos metros y medio de ancho, y mandó que la colocaran en los llanos de Dura, en la provincia de Babilonia.

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29 Referencias Cruzadas  

¡Ay del que le dice al madero: “Despierta”, y a la piedra muda: “Levántate”! Aunque están recubiertos de oro y plata, nada pueden enseñarle, pues carecen de aliento de vida.

¿Acaso puede el hombre hacer sus propios dioses? ¡Pero si no son dioses!»

Algunos derrochan oro de sus bolsas y pesan plata en la balanza; contratan a un joyero para que les haga un dios, y ante ese dios se inclinan para adorarlo.

Establecen reyes que yo no apruebo, y escogen autoridades que no conozco. Con su plata y con su oro se hacen imágenes para su propia destrucción.

Os consta además que el tal Pablo ha logrado persuadir a mucha gente no solo en Éfeso, sino en casi toda la provincia de Asia. Él sostiene que no son dioses los que se hacen con las manos.

»Por tanto, siendo descendientes de Dios, no debemos pensar que la divinidad sea como el oro, la plata o la piedra: escultura hecha como resultado del ingenio y de la destreza del ser humano.

En aquel día la gente arrojará a los topos y murciélagos los ídolos de oro y plata que había fabricado para adorarlos.

Los ídolos de los paganos son de oro y plata, producto de manos humanas.

Después de buscar consejo, el rey hizo dos becerros de oro, y le dijo al pueblo: «¡Israelitas, no es necesario que sigáis subiendo a Jerusalén! Aquí están vuestros dioses, que os sacaron de Egipto».

Por el contrario, te has opuesto al Dios del cielo mandando traer de su templo las copas para que bebáis en ellas tú y tus nobles, vuestras esposas y concubinas. Te has deshecho en alabanzas a los dioses de oro, plata, hierro, madera y piedra, dioses que no pueden ver ni oír ni entender; en cambio, no has honrado al Dios en cuyas manos se hallan tu vida y tus acciones.

Luego el rey puso a Daniel en un puesto prominente y le colmó de regalos, le nombró gobernador de toda la provincia de Babilonia y jefe de todos sus sabios.

De Tarsis se trae plata laminada, y de Ufaz se importa oro. Los ídolos, vestidos de púrpura y carmesí, son obra de artífices y orfebres; ¡todos ellos son obra de artesanos!

Entonces profanarás tus ídolos enchapados en plata y tus imágenes revestidas de oro; los arrojarás como cosa impura, y les dirás: «¡Fuera de aquí!»

Pero tú deberás quemar en el fuego las esculturas de sus dioses. No codicies la plata y el oro que las recubren, ni caigas en la trampa de quedarte con ellas, pues eso es algo que aborrece el Señor tu Dios.

Volvió entonces Moisés para hablar con el Señor, y le dijo: ―¡Qué pecado tan grande ha cometido este pueblo al hacerse dioses de oro!

No me ofendáis; no os hagáis dioses de plata o de oro, ni los adoréis.

El resto de la humanidad, los que no murieron a causa de estas plagas, tampoco se arrepintieron de sus malas acciones ni dejaron de adorar a los demonios y a los ídolos de oro, plata, bronce, piedra y madera, los cuales no pueden ver ni oír ni caminar.

Después de eso, el rey ascendió a Sadrac, Mesac y Abednego a un alto puesto en la provincia de Babilonia.

El rey Asuero, que reinó sobre ciento veintisiete provincias que se extendían desde la India hasta Cus,

Nabucodonosor les dijo: ―Vosotros tres, ¿es verdad que no honráis a mis dioses ni adoráis a la estatua de oro que he mandado erigir?

Ya borrachos, se deshacían en alabanzas a los dioses de oro, plata, bronce, hierro, madera y piedra.

Ella no ha querido reconocer que soy yo quien le da el grano, el vino nuevo y el aceite. Yo le he multiplicado la plata y el oro, ¿y qué hizo con ellos? ¡Falsos dioses!

Además, a solicitud de Daniel, el rey nombró a Sadrac, Mesac y Abednego administradores de la provincia de Babilonia. Daniel, por su parte, permaneció en la corte real.




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